Más competencia aérea, ¡por favor!
Haceunosañosteníamosvarias opciones para volar a alguna ciudad del país. Por lo mismo, los precios de los boletos eran más accesibles. Nomás.AtrásquedóInterjetyalparecer,pronto será el turno de Aeromar. Hoy el cielo mexicano estádominadopordoslíneasaéreas:Aeroméxico y Volaris. Urge más competencia.
No soy fan de que el gobierno opere una aerolínea. Lo ha hecho en diversas ocasiones y siempre ha sido un fracaso. No es su papel. Las líneas aéreas deben de existir para ganar dinero y la disciplina que impone el mercado ayuda a que sean eficientes. Si el Estado cubre las pérdidas con fondos públicos se pierde esta dinámica.
Sin embargo, como he visto los precios de los boletos y la falta de rutas estoy tentado a apoyar la aerolínea del bienestar de López Obrador. La operaría, como muchas cosas en el país, el Ejército, y arrancaría con 10 aviones arrendados. Se rumora que podría adquirir Aeromar, lo que aceleraría su crecimiento. El gobierno recién compró los activos restantes de la difunta Mexicana, incluida la marca, por lo que parece que va en serio. Pero no, por más desesperado que estoy por tener más y más baratas opciones para volar me queda claro que los costos para el país de una línea aérea del gobierno serían mucho mayores que los beneficios de corto plazo que traería para algunos viajeros frustrados como yo.
Hay otro camino para mejorar los precios y ampliar las rutas: aumentar la competencia de aerolíneas privadas. El problema es que se ve complicado. La mayoría de los valientes que se atrevieron a arrancar líneas aéreas en México en el pasado fracasaron. El ejemplo más emblemático es Interjet. Qué lástima. Ojalá hubiera muchos Interjet volando, pero no lo veo.
El Presidente ha propuesto la entrada de aerolíneas extranjeras a México para cubrir rutas domésticas, una práctica conocida como cabotaje. Me gustaría decir que esta iniciativa y la de arrancar una aerolínea del gobierno tienen como principal objetivo detonar la competencia, pero la realidad es que la motivación más probable de López Obrador es generarle tráfico a su aeropuerto, el AIFA. En el caso de la aerolínea del bienestar, una motivación adicional puede ser favorecer al Ejército.
De cualquier modo, por más que yo quisiera tener más opciones privadas volando por los cielos nacionales (aunque sean extranjeras), me preocupa que el cabotaje, el cual está prohibido en casi todo el mundo, ponga en desventaja a las líneas aéreas mexicanas.
Esciertoquelapandemiaprovocóunafuerte crisisenlasaerolíneas.Aeroméxicoinclusotuvo que entrar a concurso mercantil para reestructurarsusdeudas.Esunhechotambiénqueelaumento en el precio del petróleo del año pasado afectólaestructuradecostosdelaslíneasaéreas. Pero parece que ahora se están desquitando.
Por desgracia, no veo cómo puede llegar sana competencia al sector. Las únicas posibilidades (aerolínea del bienestar y el cabotaje) pueden traer más problemas que beneficios.