Elogio de la oposición
El cartujo se entretiene mirando a los comediantes de la 4T en su búsqueda de la candidatura a la presidencia de la República. Hacen de todo para llamar la atención: cantan, bailan, presumen sus peluches y sus porras y, en toda ocasión, dan gracias al señor su dios por los favores recibidos, entre ellos haber sido bendecidos como corcholatas.
Esta semana, en una chacotera entrevista con El Escorpión Dorado, youtuber con un gran número de seguidores, Claudia Sheinbaum habló del Metro, de sus aspiraciones, de sus frecuentes viajes fuera de la ciudad, de las encuestas, de su boda y de la oposición, a la cual le atizó un rotundo “no pinta”.
¿Quién podría contradecirla? En los partidos de la coalición Va por México pocos se salvan, y no precisamente sus dirigentes, entrampados en la demagogia, la ineficacia, la mentira, el insufrible protagonismo. ¿Quién les compraría un coche usado a Alejandro Moreno o Marko Cortés? ¿Quién se fiaría de un cartucho quemado como Jesús Zambrano? ¿Y en Movimiento Ciudadano, en quién podría depositarse la confianza para guiar la urgente reconstrucción de la vida institucional en el país? En nadie. No pintan.
El historiador francés François Dosse, en una entrevista con David Noria para el suplemento Laberinto (generosamente citada por Gil Gamés), al comentar el concepto de historicidad creado por François Hartog, explica: “¿Qué es un régimen de historicidad? Es la relación entre el pasado, el presente y el porvenir. Ahora en América Latina o en Europa, conocemos una crisis de porvenir, crisis de futuro, crisis de proyecto de sociedad”. Fracasaron las utopías —dice— y se derrumbaron los sueños; hoy en el pasado ya no se buscan los cimientos del futuro sino la nostalgia, la melancolía del poder.
En el México de las últimas décadas, la oposición con Cuauhtémoc Cárdenas conquistó el anhelo de elecciones libres y alternancia democrática. Emblemático líder de aquella oposición en la cual se establecía una genuina relación entre la memoria y el futuro, tiene bien ganado su lugar en la historia y esto nadie, excepto los zoquetes o cretinos, puede negarlo.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
Nadie, excepto los zoquetes o cretinos, puede negarlo