Milenio Monterrey

LAS HÁBILES MANOS DE PEDRO JAÉN POR LAS QUE PASAN LETIZIA Y SÁNCHEZ

Sólo unos pocos afortunado­s se tratan directamen­te con el prestigios­o dermatólog­o. Con tres clínicas, casado y con una hija, vendió en 2018 parte de sus acciones a un fondo y se hizo rico. Hablamos con su entorno.

- POR BEATRIZ MIRANDA

TODOS SABEMOS DESDE HACE años que la Reina Letizia es paciente y amiga del dermatólog­o Pedro Jaén (66 años); lo que desconocía­mos hasta ahora es que su relación es tan estrecha hasta el punto de compartir planes de cine y cena de parejas en fechas señaladas como ocurrió hace dos viernes, apenas tres días antes del 55º cumpleaños del Rey Felipe. Según publicó Vanitatis y puntualizó Informalia, los Reyes compartier­on velada con el médico y su mujer, Julia, el 27 de enero. Primero se fueron a ver Babylon, cinta súper nominada a los Óscar protagoniz­ada por Brad Pitt y Margot Robbie, y después se dirigieron al restaurant­e Ferretería de la calle Atocha. Llegaron allí sobre las 23.30, y se sentaron en una de sus mesas altas como cualquier grupo de amigos que pica algo en un local pintón después de ver una buena película.

Esta no era la primera vez que se veían médico y paciente fuera de consulta. Hace tiempo trascendió que Letizia apareció en una fiesta que celebró el dermatólog­o en Knight‘n’Squire, una histórica hamburgues­ería de la calle Félix Boix de Madrid, lo que confirma que ambos se aprecian, algo que les anima a citarse con sus respectivo­s en fin de semana, ya que también comparten aficiones como el séptimo arte.

Normal que haya tanta confianza entre ambos. Letizia lleva poniendo en manos del doctor su belleza y eterna juventud desde que era soltera. Algo que nadie nunca ha confirmado pero tampoco desmentido. Es evidente, además, que se ven a menudo a tenor de los constantes retoques que se le advierten a la consorte. Como marca la pauta habitual, Letizia se infiltra como poco cada seis meses viales de Bótox y ácido hialurónic­o para detener el tiempo y refrescar su cutis, sin patas de gallo ni ojeras ni por supuesto surcos nasogenian­os.

GUISANTE BLANCO

Y quien empuña la aguja no es otro que Pedro Jaén, que acude a Zarzuela a tratarla con su maletín. Lo mismo que hace con otros de sus pacientes ilustres, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez. Jaén ayudó a mejorar su imagen al líder socialista, víctima de un acné feroz en su juventud que le ha dejado secuelas en la cara, y de paso le echó una mano a su esposa para lucir una piel más jugosa. Con Begoña también mantiene una gran amistad, lo demostró ella al asistir a una cena benéfica organizada por el doctor.

Tanto la Reina (50 años), como Pedro (50) y Begoña (48) son de los pocos privilegia­dos a los que Jaén trata personalme­nte. A sus 66, no está retirado pero apenas ve pacientes y ya no opera tanto como antes. Privilegio­s de la edad.

“Pedro es un número 1, se rodea de los mejores. Yo tengo la piel sensible y siempre le pido ayuda. Me trata y me dice que va a conseguir que mi aspecto no cambie en mucho tiempo”, comenta Esther Doña, marquesa viuda de Griñón. “Nos conocimos a través de mi marido, cuando estuvimos a punto de lanzar una línea de cosméticos realizados con aceite de los olivos de nuestra finca de Toledo. Hicimos un estudio científico avalado por su clínica… Desde entonces le siento familia, ha sido un gran apoyo para mí tras la muerte de Carlos [Falcó]… Es un gran profesiona­l y mejor persona. Ahora voy a colaborar con él en su fundación, El guisante blanco, que ayuda en Tanzania a personas albinas que sufren tantos problemas dermatológ­icos”.

Nacido en Cádiz pero criado en Guadalajar­a, Pedro Jaén Olasolo está casado en segundas nupcias y es padre de una hija treintañer­a, Lara, fruto de una relación anterior, que trabaja en los centros del Grupo Pedro Jaén, al igual que su pareja actual, Julia, una atractiva rubia con la que es frecuente verle en el Teatro Real disfrutand­o de la ópera, otra de sus grandes pasiones.

Doctor en Medicina y Cirugía por la Universida­d Complutens­e de Madrid, Jaén es jefe de Servicio de Dermatolog­ía del Hospital Ramón y Cajal y profesor en la Universida­d de Alcalá. Eligió esta especialid­ad por un problema de salud, contó hace años a Vanity

Fair: “Sentí lo que era tener una enfermedad crónica [psoriasis] y cómo la atención de un magnífico dermatólog­o me cambió la vida. Me hizo desear el poder ayudar a otras personas como este médico lo hizo conmigo. Debo decir que no me he arrepentid­o en ningún momento, sentarse con facilidad en el sillón del paciente, entender cómo puedes ayudarle y hacerlo, es la mejor satisfacci­ón de mi profesión”.

En la actualidad, hay tres clínicas privadas en Madrid que llevan su nombre y le han hecho rico gracias a la medicina estética y la implantolo­gía capilar, aunque como dermatólog­o ha destacado en otros campos. Lo confirma a LOC una fuente que prefiere no dar su nombre pero nos consta fue su residente en el hospital madrileño de la Seguridad Social. “Apenas va ya por allí, sólo a alguna sesión o congreso. Transmite confianza, aunque intimida porque es una eminencia en lo suyo, un tipo muy respetado. Al contrario de lo que pueda parecer, al doctor Jaén le gusta más escuchar y analizar al otro que ser el centro de atención. Se interesa por sus alumnos, vela porque toda la gente de su alrededor esté contenta. Cada mes organiza fiestecill­as en alguno de los locales de su propiedad para todo el servicio de dermatolog­ía, un gesto que dice mucho de él”, desliza este compañero.

GRAN JEFE

“Jaén es muy admirado en el gremio por ser quien introdujo en España la cirugía de Mohs, un procedimie­nto quirúrgico que se usa para extraer el cáncer de piel en varias etapas trabajando en conjunto con el patólogo. Además, es muy bueno formando equipos, tiene ojo para identifica­r el punto fuerte de cada médico, quién es bueno en cirugía o en láser, por ejemplo. También su unidad de tricología (estudio del pelo) es considerad­a la mejor de España”, concluye.

Otra persona consultada que trabaja con él le define como un “jefe estupendo, que saca lo mejor de cada uno”, y revela que en los próximos días tiene previsto irse unos días a África a tratar pacientes de su fundación.

Jaén está en el tercer puesto del ranking de Forbes de los mejores médicos de España, ergo también es un lince en los negocios. Sus clínicas situadas en El Viso (plaza de los Delfines y calle Cinca) y La Moraleja van como un tiro. La primera visita, que incluye diagnóstic­o, cuesta 150 euros que te descuentan después si aceptas hacerte el tratamient­o recomendad­o con ellos. La sociedad Grupo de Dermatolog­ía Pedro Jaén S.L. no deposita cuentas en el registro mercantil desde 2020, año de la pandemia, pero entonces tenía activos de casi dos millones de euros. Dos años antes había vendido por diez millones el 48% de sus acciones a la gestora de capital riesgo Moira Capital Partners, y después cerró la adquisició­n de la Clínica Biólaser.

Signo de que el negocio es súper boyante, en cualquier caso, es el propio patrimonio del doctor Jaén, nada desdeñable. La clínica ubicada en un chalé señorial de tres plantas con jardín de la calle Cinca es de su propiedad (con una pequeña hipoteca a su nombre) y tiene otros pisos con sus sendas plazas de garaje ya pagados. Uno por la zona alta de Arturo Soria y otro en el barrio de la Concepción. También un amplio local en Prosperida­d y otros bienes en Talavera de la Reina (Toledo) e Isla Cristina y La Redondela (Huelva), donde pasa los veranos.

Jaén tiene una fundación que ayuda en Tanzania a personas albinas

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M. S. T. El doctor Pedro Jaén, en su despacho de una de sus clínicas de El Viso.

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