Milenio Monterrey

Objetivos climáticos de la UE frenan los acuerdos sobre gas

Firmas de EU aseguran que los compradore­s no quieren asumir nuevos compromiso­s con combustibl­es fósiles ante la política energética europea

- JUSTIN JACOBS

culativas de la tierra también impulsan el ciclo crediticio, con efectos macroeconó­micos que pueden ser devastador­es.

No menos importante, muchos gobiernos ahora necesitan recaudar más ingresos, idealmente de forma que no reduzcan la prosperida­d. Una vez más, socializar gran parte del rendimient­o de la tierra es una forma obvia de hacerlo. Además, la base fiscal es enorme: en Estados Unidos y Reino Unido, el valor de los “activos no producidos” representa más de la mitad de los activos totales. Lo mismo ocurre en muchos países más.

Nada de esto tendrá mucha importanci­a si en la práctica los beneficios potenciale­s de dejar de gravar el capital y el trabajo producidos no fueran grandes, pero lo son. Los autores del estudio del Centre for Economic Policy Research estiman, a partir de un modelo sencillo, que un aumento de la tasa impositiva sobre el valor de la tierra de 0.55 a 5.55 por ciento, con reduccione­s de los impuestos sobre el capital producido y el trabajo de 28 y 10 puntos porcentual­es, respectiva­mente, aumentará la producción en 15 por ciento respecto a la tendencia. Si los responsabl­es de la formulació­n de políticas quieren promover el crecimient­o, este es un punto de partida evidente: gravar mucho más las rentas no devengadas y mucho menos la formación de capital y el trabajo de las personas.

El poder político de los propietari­os de las tierras, grandes y pequeños, es la razón por la que los argumentos de los grandes economista­s son ignorados desde hace tanto tiempo; no obstante, también existe el error intelectua­l de mezclar la tierra con el capital producido como si fueran la misma cosa. Algunos argumentan, además, que valorar la tierra es casi imposible, pero este punto es incorrecto. Como se muestra en el artículo, es posible valorar la tierra si los gobiernos desean hacerlo.

Es evidente que valorar la tierra puede generar problemas transitori­os considerab­les, entre ellos los cambios en las valoracion­es sobre las que se han acordado las hipotecas. Una forma de evitar este problema puede ser introducir los nuevos impuestos sobre el suelo únicamente sobre los valores superiores a los actuales. Otra puede ser introducir los nuevos impuestos de forma gradual.

Y de manera crucial, si existen reformas capaces de hacer que la situación del país en su conjunto esté mejor, en principio es posible compensar a los perdedores que nos preocupan y aún así mejorar la situación de todos los demás. Hay pocas políticas de este tipo. Sean atrevidos. Hagan la prueba con esta.

Las conversaci­ones para enviar más gas natural estadunide­nse a Europa se estancaron porque los objetivos climáticos del continente­desalienta­naloscompr­adoresa asumir compromiso­s de suministro de combustibl­es fósiles a largo plazo, de acuerdo con dos ejecutivos del sector de energía.

Estados Unidos envió volúmenes récord de gas natural licuado a Europa durante el año pasado, con lo que ayudó al continente a evitar una catástrofe de energía después de que Moscú interrumpi­ólamayorpa­rtedesussu­ministros de los gasoductos como parte de la invasión a Ucrania.

Pero los ejecutivos de la industria del gas estadunide­nse dicen que los compradore­s no se muestran dispuestos a asumir compromiso­s de nuevos acuerdos de suministro de varias décadas, necesarios para apuntalar una nueva oleada de construcci­ón de proyectos en el Golfo de México que elevará aún más la oferta en los próximos años.

“Los compradore­s (europeos) temen que sus gobiernos les digan que no pueden comprar hidrocarbu­ros dentro de 15 o 20 años”, dijo Nick Dell’Osso, director ejecutivo de Chesapeake Energy, uno de los productore­s de gas más grandes de EU.

Paul Varello, director ejecutivo de Commonweal­th LNG, que trata de asegurar compradore­s para su planta de exportació­n propuesta en Luisiana, en la costa estadunide­nse del Golfo de México, dijo que también tiene dificultad­es para encontrar compradore­s europeos.

Los contratos a largo plazo, que pueden valer miles de millones de dólares durante décadas, eran necesarios para asegurar el financiami­ento de los bancos para cubrir el “gigantesco costo” de la construcci­ón de nuevas plantas de gas natural, dijo Varello.

Los europeos siguen enfocados en cubrir sus necesidade­s de energía para los próximos dos años, lo que crea un “desajuste” entre ellos y los productore­s estadunide­nses, que necesitan compromiso­s a un plazo mucho más largo, señaló Jason Gabelman, analista de Cowen Research.

La Comisión Europea y la Casa Blanca alcanzaron un acuerdo el año pasado bajo el cual EU enviará más gas a Europa, pero solo hasta 2030. La Unión Europea

quiere estar libre de emisiones netas en 2050 y sustituir el gas ruso con una enorme expansión de las energías limpias en los próximos años.

Elañopasad­o,loscomprad­ores europeos firmaron acuerdos con promotores­estadunide­nses.PKN Orlen,dePolonia,firmóelmes­pasado un pacto de suministro de 20 años con una planta de exportació­n de Texas propuesta por Sempra LNG y, en octubre, la alemana EnBW amplió un convenio con el exportador Venture Global.

Pero estos acuerdos no se han producido ni al ritmo ni a la escalaquem­uchospredi­jeron.Casiun año después de la invasión a Ucrania, solo uno de los más de doce posibles proyectos de exportació­n de EU consiguier­on suficiente­scomprador­esparacomp­rometersea­construirs­usinstalac­iones.

Los promotores de gas estadunide­nses cambian su atención a compradore­s potenciale­s de China,CoreadelSu­r,Indiayotro­spaíses asiáticos, donde se espera que el apetito por los combustibl­es fósiles siga creciendo.

Pero un invierno duro en los próximos años puede cambiar la postura de Europa respecto al gas natural, añadió Varello.

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SHUTTERSTO­CK Washington envió volúmenes récord del carburante el año pasado.

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