Objetivos climáticos de la UE frenan los acuerdos sobre gas
Firmas de EU aseguran que los compradores no quieren asumir nuevos compromisos con combustibles fósiles ante la política energética europea
culativas de la tierra también impulsan el ciclo crediticio, con efectos macroeconómicos que pueden ser devastadores.
No menos importante, muchos gobiernos ahora necesitan recaudar más ingresos, idealmente de forma que no reduzcan la prosperidad. Una vez más, socializar gran parte del rendimiento de la tierra es una forma obvia de hacerlo. Además, la base fiscal es enorme: en Estados Unidos y Reino Unido, el valor de los “activos no producidos” representa más de la mitad de los activos totales. Lo mismo ocurre en muchos países más.
Nada de esto tendrá mucha importancia si en la práctica los beneficios potenciales de dejar de gravar el capital y el trabajo producidos no fueran grandes, pero lo son. Los autores del estudio del Centre for Economic Policy Research estiman, a partir de un modelo sencillo, que un aumento de la tasa impositiva sobre el valor de la tierra de 0.55 a 5.55 por ciento, con reducciones de los impuestos sobre el capital producido y el trabajo de 28 y 10 puntos porcentuales, respectivamente, aumentará la producción en 15 por ciento respecto a la tendencia. Si los responsables de la formulación de políticas quieren promover el crecimiento, este es un punto de partida evidente: gravar mucho más las rentas no devengadas y mucho menos la formación de capital y el trabajo de las personas.
El poder político de los propietarios de las tierras, grandes y pequeños, es la razón por la que los argumentos de los grandes economistas son ignorados desde hace tanto tiempo; no obstante, también existe el error intelectual de mezclar la tierra con el capital producido como si fueran la misma cosa. Algunos argumentan, además, que valorar la tierra es casi imposible, pero este punto es incorrecto. Como se muestra en el artículo, es posible valorar la tierra si los gobiernos desean hacerlo.
Es evidente que valorar la tierra puede generar problemas transitorios considerables, entre ellos los cambios en las valoraciones sobre las que se han acordado las hipotecas. Una forma de evitar este problema puede ser introducir los nuevos impuestos sobre el suelo únicamente sobre los valores superiores a los actuales. Otra puede ser introducir los nuevos impuestos de forma gradual.
Y de manera crucial, si existen reformas capaces de hacer que la situación del país en su conjunto esté mejor, en principio es posible compensar a los perdedores que nos preocupan y aún así mejorar la situación de todos los demás. Hay pocas políticas de este tipo. Sean atrevidos. Hagan la prueba con esta.
Las conversaciones para enviar más gas natural estadunidense a Europa se estancaron porque los objetivos climáticos del continentedesalientanaloscompradoresa asumir compromisos de suministro de combustibles fósiles a largo plazo, de acuerdo con dos ejecutivos del sector de energía.
Estados Unidos envió volúmenes récord de gas natural licuado a Europa durante el año pasado, con lo que ayudó al continente a evitar una catástrofe de energía después de que Moscú interrumpiólamayorpartedesussuministros de los gasoductos como parte de la invasión a Ucrania.
Pero los ejecutivos de la industria del gas estadunidense dicen que los compradores no se muestran dispuestos a asumir compromisos de nuevos acuerdos de suministro de varias décadas, necesarios para apuntalar una nueva oleada de construcción de proyectos en el Golfo de México que elevará aún más la oferta en los próximos años.
“Los compradores (europeos) temen que sus gobiernos les digan que no pueden comprar hidrocarburos dentro de 15 o 20 años”, dijo Nick Dell’Osso, director ejecutivo de Chesapeake Energy, uno de los productores de gas más grandes de EU.
Paul Varello, director ejecutivo de Commonwealth LNG, que trata de asegurar compradores para su planta de exportación propuesta en Luisiana, en la costa estadunidense del Golfo de México, dijo que también tiene dificultades para encontrar compradores europeos.
Los contratos a largo plazo, que pueden valer miles de millones de dólares durante décadas, eran necesarios para asegurar el financiamiento de los bancos para cubrir el “gigantesco costo” de la construcción de nuevas plantas de gas natural, dijo Varello.
Los europeos siguen enfocados en cubrir sus necesidades de energía para los próximos dos años, lo que crea un “desajuste” entre ellos y los productores estadunidenses, que necesitan compromisos a un plazo mucho más largo, señaló Jason Gabelman, analista de Cowen Research.
La Comisión Europea y la Casa Blanca alcanzaron un acuerdo el año pasado bajo el cual EU enviará más gas a Europa, pero solo hasta 2030. La Unión Europea
quiere estar libre de emisiones netas en 2050 y sustituir el gas ruso con una enorme expansión de las energías limpias en los próximos años.
Elañopasado,loscompradores europeos firmaron acuerdos con promotoresestadunidenses.PKN Orlen,dePolonia,firmóelmespasado un pacto de suministro de 20 años con una planta de exportación de Texas propuesta por Sempra LNG y, en octubre, la alemana EnBW amplió un convenio con el exportador Venture Global.
Pero estos acuerdos no se han producido ni al ritmo ni a la escalaquemuchospredijeron.Casiun año después de la invasión a Ucrania, solo uno de los más de doce posibles proyectos de exportación de EU consiguieron suficientescompradoresparacomprometerseaconstruirsusinstalaciones.
Los promotores de gas estadunidenses cambian su atención a compradores potenciales de China,CoreadelSur,Indiayotrospaíses asiáticos, donde se espera que el apetito por los combustibles fósiles siga creciendo.
Pero un invierno duro en los próximos años puede cambiar la postura de Europa respecto al gas natural, añadió Varello.