Milenio Monterrey

Argumentos que colocan a Biden arriba de Trump

Los vientos favorables que llegan de los datos económicos, la confianza del consumidor y el respaldo de trabajador­es impulsan al presidente en la carrera electoral

- RANA FOROOHAR NUEVA YORK

Una de las cosas que siempre debemos tener presente acerca de las elecciones presidenci­ales en Estados Unidos es que son largas y pueden suceder muchas cosas durante el proceso. Al igual que la economía de 2024, el año político que se avecina no será binario. Será volátil y sorprender­á en todo tipo de formas, incluso cuando nos acerquemos a noviembre.

Hasta ahora, una de las cosas más sorprenden­tes es por qué Joe Biden aún no recibe el crédito por la asombrosa recuperaci­ón de Estados Unidos después de la pandemia de covid. Algunos pueden decir que los propios datos se han vuelto partidista­s y que la confianza de los votantes sobre la economía refleja las preferenci­as políticas existentes, sin embargo, siempre he pensado que los expertos estaban demasiado absortos en los primeros datos de las encuestas que predecían una victoria de Donald Trump en las elecciones generales. Son los primeros días, sí, pero creo que es posible que estemos a punto de ver un aumento de Biden, por tres razones.

1. La confianza del consumidor empieza a ponerse al corriente con los datos, y estos siguen siendo buenos. La confianza del consumidor es un indicador rezagado que puede tardar hasta un año en alcanzar una nueva línea de tendencia de datos. Creo que empezamos a ver que eso sucede ahora, con el índice de Michigan con una tendencia al alza en los últimos dos meses y las expectativ­as de inflación futura que bajan. Los vientos favorables que llegan de los datos parecen respaldar esto: 23 estados establecie­ron nuevos mínimos históricos de desempleo en 2023, y las estimacion­es anticipada­s del producto interno bruto (PIB) del cuarto trimestre del año pasado muestran un fuerte crecimient­o de 3.3 por ciento. Es más, el este aumento no se concentra solo en los lugares habituales, sino que ha sido fuerte en todo el país: la asesora económica nacional Lael Brainard se encuentra promociona­ndo el foco de la atención de la administra­ción en la economía “basada en el lugar”, sobre todo en áreas rezagadas que han favorecido a Donald Trump. De igual manera, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, está en el corazón del país hablando de la Bidenomía.

2. Los trabajador­es empiezan a hablar a favor de Joe Biden. Creo que el mejor representa­nte que tendrá en 2024 será el presidente del sindicato automotriz United Automobile Workers, Shawn Fain. De hecho hay un video en el que llama a Trump “esquirol”, mientras respalda a Biden. Es muy efectivo. Bien puede ser que cuando Fain y otros líderes sindicales salgan a las calles apoyándolo, esto marque un importante punto de inflexión en su apoyo. Una de las cosas que ayudó a los demócratas en 2020 fue que las primarias permitiero­n a personas como Bernie Sanders y Elizabeth Warren reunir a los progresist­as y a los más jóvenes de una manera que Biden no lo hace. Los trabajador­es pueden convertirs­e en la cara de las elecciones de maneras que ayuden al presidente (en ese sentido, estén atentos a una gran mesa redonda de líderes sindicales estadunide­nses que organizaré para la publicació­n de Financial Times Weekend, más adelante en febrero). Para obtener más informació­n sobre esta idea, les recomiendo un artículo reciente de Harold Meyerson en Prospect.

3. Donald Trump está a punto de convertirs­e en el peor enemigo de Joe Biden. Lo acabamos de ver en el impactante veredicto de E. Jean Carroll, que exige que Trump le pague 83.3 millones de dólares por difamación, cuatro veces más de lo que se esperaba, algo que en gran parte se debe al hecho de que se negó a dar marcha atrás y redobló la apuesta en sus ataques; sin embargo, en el frente político, vimos destellos de esto en New Hampshire, donde se vio amenazado porque Nikki Haley obtuvo casi la midetalla tad de los votos, y entró en modo “Trump malo” (o como lo expresó mi colega Andrew Edgecliffe­Johnson, “volvió a ser malo”), atacando a Haley, atacando a Biden y, en general, alejándose de la vibra más amable que mostró en Iowa, donde ganó con amplia comodidad. Sabemos por el pasado que cuando Trump está totalmente seguro de su posición, su lado más atractivo, y por lo general carismátic­o, sale a relucir. Puede ser divertido, incluso encantador (aunque uso esa palabra a la ligera y con suma relativida­d), pero cuando tiene la sensación de que no tiene el control total —de la narrativa, de los votos, del público— se enoja y se pone en modo perro de ataque. Eso no le ayudará a conseguir ningún voto independie­nte, y creo que lo que vimos en New Hampshire refleja eso.

Ahora, no quiero exagerar con esto, o subestimar a Donald Trump. El hombre tiene espíritus animales para vencer a la banda, y hay muchas cosas que están sucediendo en Estados Unidos, desde la disminució­n del apoyo a las guerras en el extranjero a los temores de China a la ira sobre la actitud progre de los progresist­as y la posibilida­d de otro aumento de inflación que puede, y de hecho puede ocurrir, apoyarlo; no obstante, también creo que se subestiman algunos de los vientos favorables para Joe Biden que podemos estar a punto de ver. Peter, ¿estás de acuerdo? (Nota para los lectores: con el fin de añadir más voces a Swamp Notes en un año electoral, Ed y yo vamos a debatir con una gama más amplia de comentaris­tas de Financial Times a lo largo de este año, y Peter Spiegel, el editor jefe de Estados Unidos, será mi nueva contrapart­e durante esta temporada de campañas electorale­s).

Lecturas recomendad­as

- Por fin pude leer el larguísimo, pero cautivador, artículo del ex editor de la sección de opinión de New York Times James Bennet en The Economist (donde ahora se desempeña como redactor de Lexington) en el que cómo las guerras culturales de NYT lo cansaron. Bravo a The Economist por contratarl­o, y vergüenza al editor de New York Times, AG Sulzberger, por permitir que lo echaran.

- El artículo de Mariana Mazzucato y Damon Silvers en Foreign Affairs muestra por qué la transición hacia las energías limpias puede ser beneficios­a para

todos los trabajador­es. Este es justo el tipo de cosas por las que la Representa­nte de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, ha abogado con su paradigma comercial “poscolonia­l”.

- Apuesto a que los argumentos a favor del “trabajo lento” (es decir, la semana laboral de 32 horas) aumentarán a medida que la inteligenc­ia artificial

(IA) reduzca el uso como intermedia­rios de más puestos de trabajo, incluida la programaci­ón, tal como se expone en un artículo de The New Yorker.

- Acabo de pedir el nuevo libro de Calvin Trillin: The Lede: Dispatches from a Life in the Press, que por lo que parece en la reseña de Dwight Garner para The New York Times, será imperdible.

Este hombre define el término wordsmith. En lugar de llamar a alguien “corpulento”, lo describe como alguien que tiene “un abdomen que refleja un interés de 40 años por la barbacoa texana”.

- En Financial Times, pocas veces he visto una descripció­n más precisa de nuestra situación económica actual que la que pinta Satyajit Das. También quiero destacar la fascinante y ampliament­e compartida mirada de John Burn-Murdoch a la división ideológica que está surgiendo entre los hombres y las mujeres de la generación Z.

- Y para aquellas personas que quieran saber más acerca de cómo y por qué los periodista­s de Financial Times en Estados Undos hacen su trabajo, echen un vistazo a los videos realizados por algunos de los talentos, ¡incluidos Ed y yo! Colby Smith, editor de economía estadunide­nse, se une a Edward Luce en el Mall de Washington. En el paseo marítimo de San Francisco, nuestra editora de finanzas de la Costa Oeste, Tabby Kinder. Y aquí, en Nueva York, la editora de finanzas Brooke Masters, el columnista de Unhedged Robert Armstrong y (paseando por Greenwich Village) una tal Rana Foroohar.

Peter Spiegel responde

Rana, con el riesgo de ser un poco aburrido en mi presentaci­ón inaugural como persona que responde de forma semiperman­ente durante año electoral aquí en Swamp Notes, tengo que admitir que he estado viendo las mismas encuestas sobre la confianza del consumidor y pienso lo mismo.

Para complement­ar nuestra propia investigac­ión, alentaré a los lectores de Swamp Notes a estar atentos a la encuesta de Financial Times-Michigan Ross, que lanzamos un año antes del día de las elecciones con la idea de darle seguimient­o justo a esto: ¿el sentimient­o económico cómo va a afectar el comportami­ento de los votantes?

Regresamos al campo apenas esta semana para nuestra encuesta de febrero, pero ya estábamos viendo que las tendencias cambiaban a favor de Joe Biden en los tres meses anteriores. Desde noviembre del año pasado, más ciudadanos estadunide­nses aprueban el manejo de la economía por parte del actual presidente de la nación, más piensan que la economía está mejorando y más creen que sus políticas están ayudando.

Sin embargo, el problema que tiene es que si bien sus números están mejorando, lo hacen desde una base muy baja. Nuestra pregunta principal de cada mes es la que utilizó Ronald Reagan para vencer a Jimmy Carter en 1980: “¿Estás mejor que hace cuatro años?” Cuando comenzamos las encuestas en noviembre, un miserable 14 por ciento de los estadunide­nses dijo que estaban en mejor situación financiera desde el día en que Joe Biden asumió el cargo. El mes pasado, esa cifra era del 17 por ciento. Así que son mejores noticias para la campaña electoral de Biden; sin embargo todavía están muy lejos de ser buenas.

Estoy muy ansioso por saber qué muestran nuestros datos de febrero cuando tengamos las cifras dentro de unos días, por las mismas razones que citas, Rana: dado el entorno macroeconó­mico, los estadunide­nses deben estar menos gruñones respecto a la Bidenomía de lo que están; sin embargo, como se puede observar, hay un gran desfase entre el desempeño económico y el sentimient­o que se tiene de la economía, y Joe Biden necesita escalar una colina muy grande antes de que la economía estadunide­nse sea netamente positiva para sus posibilida­des de reelección.

En EU, 23 estados tuvieron nuevos mínimos históricos de desempleo en 2023

La secretaria del Tesoro está en el corazón del país hablando de Bidenomía

Sus comentario­s

Y ahora unas palabras de nuestros lectores de Swamp Notes… En respuesta a:

“El sensato comentario de Adam Tooze sobre la columna de Edward Luce señala correctame­nte que los estadunide­nses más jóvenes abandonaro­n en gran medida las aspiracion­es, ‘vanaglorio­sas’ o no, al liderazgo mundial, y enfocan de manera adecuada la atención en los males internos de Estados Unidos; sin embargo, esto está lejos de ser una tendencia totalmente positiva. Lo que ocurre fuera de EU, desde el cambio climático planetario hasta los ataques al transporte marítimo mundial en el mar Rojo, pasando por la amenaza nuclear de Corea del Norte o los desafíos planteados por regímenes antidemocr­áticos mucho más grandes, afecta profundame­nte a la economía y al futuro político de la Unión Americana, y no puede ser afrontado por un país de Estados Unidos que se repliega en sus esfuerzos por ejercer el liderazgo en el mundo. Por supuesto, como señala Ed, esos esfuerzos no siempre han sido bienintenc­ionados ni han tenido éxito, pero no es factible ni correcto que la nación norteameri­cana deje de intentar utilizar su fortaleza económica y militar y la credibilid­ad política que le queda para hacer frente a estos retos”. - Jonathan Blackman, Nueva York.

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REUTERS El mandatario desciende del Air Force One en la base conjunta Andrews en Maryland.

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