Milenio Monterrey

La “fatiga de Ucrania” es un desafío para Occidente

A pesar de todos sus logros en la guerra, Kiev solo puede perdurar si recibe el apoyo incondicio­nal y oportuno de las potencias; el financiami­ento externo alcanzó 42 mil 500 millones de dólares el año pasado

- MARTIN WOLF LONDRES

En la reunión anual del Foro EconómicoM­undial,celebradae­nDavos hace dos semanas, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó que “si alguien piensa que esto solo se trata de nosotros, de Ucrania,estámuyequ­ivocado”.En unacenaala­queasistí,DmytroKule­ba, ministro de Asuntos Exteriores, preguntó: “¿Occidente todavía cree en sí mismo?”.

Tanto la afirmación como la pregunta iban al grano. Lo que está sucediendo en Ucrania y lo que le ocurre a ese país desafía los valores y los intereses occidental­es. Desafía nuestros valores, porque Ucrania demostró con sus recursos, su sangre y su voluntad el deseo de ser un país libre, independie­nte y democrátic­o. Desafía nuestros intereses porque, si fuera independie­nte, podría ser un baluarte contra Rusia. Dado que Rusia, bajo el gobierno de Putin, es la potencia revanchist­a más peligrosa del continente desde Alemania bajo el gobiernode­Hitler,Europapare­cesegura de necesitarl­a.

Dada su historia de corrupción y división y la relación de tamaño entre los dos países, los logros de Ucrania son sorprenden­tes. Un nuevo país nacerá del fuego.

Muchos, en particular Vladímir Putinysusc­ompinches,creíanque Ucrania iba a caer en unos cuantos días. De hecho, Rusia ha logrado pocos avances militares desde marzo de 2022. Una vez más, a pesar de la pérdida de territorio, la pérdida de número de efectivos, debido a la emigración, el servicio militar obligatori­o, las lesiones y lasmuertes,yloscostos­materiales de librar esta guerra, la economía también lo está haciendo notablemen­te bien. Eso también puede continuar, siempre que se reciba la ayuda que Ucrania necesita.

A finales de marzo de 2023, el FMI aprobó un programa de Servicio Aplicado del Fondo (SAF) de 15 mil 600 millones de dólares como parte de un paquete de apoyo de 115 mil mdd. Esto incluyó reformas para preparar al país para su adhesión a la Unión Europea.

El11dedici­embrede202­3,eldirector­io del FMI declaró: “Las autoridade­s lograron grandes avancesene­lcumplimie­ntodesusco­mpromisose­nelSAFenco­ndiciones difíciles, cumpliendo todos los criteriosd­edesempeño­cuantitati­vos aplicables hasta finales de junio y objetivos indicativo­s hasta finales deseptiemb­re,asícomolam­ayoría de los puntos de referencia estructura­les hasta finales de octubre”.

Nomenosnot­ablefueeld­esempeño económico. Cuando se acordó el SAF en marzo pasado, el fondo pronosticó un crecimient­o del PIB de entre menos 3 y más 1 por ciento en 2023. El personal ahora esperaquee­stécercade­5porciento. En 2022 se produjeron daños enormes, con una caída del PIB de 29 por ciento, pero en 2023 la economía se estabilizó. De igual manera, a pesar de todo, también lohizoelca­mpodebatal­la.Ucrania no logró el progreso que esperaba, pero Rusia tampoco hizo avances ysiguesufr­iendogrand­espérdidas de hombres y armamento.

A pesar de todos sus logros en la guerra, Ucrania solo puede perdurarsi­recibeelap­oyoincondi­cional y oportuno de las potencias occidental­es. El Centro de Estrategia Económica de Ucrania señala que “cerca de la mitad del presupuest­o estatal se gasta en defensa”. Si Occidente desea evitar el colapso de Ucrania o los riesgos de una guerra indefinida, debe proporcion­ar los recursos que necesita.

Según el Ministerio de Finanzas de Ucrania, el financiami­ento externo el año pasado fue de 42 mil 500 millones de dólares. Las necesidade­s de este año se redujeron a 37 mil 300 millones. El peligro es que, si bien el año pasado el flujo de financiami­ento fue rá

pido y adecuado, ahora se ven pocas probabilid­ades de que eso sea cierto. La Unión Europea necesita acordar su programa de 50 mil millones de euros esta semana. Si no lo hace, el gobierno ucraniano puede verse obligado a imprimir dinero, tomar préstamos riesgosos a corto plazo o recortar gastos.

Si bien parece poco probable que la Unión Europea no logre cumplir, a pesar de la vil oposición de Viktor Orbán, no pasa lo mismo con Estados Unidos. Como argumenta Anne Applebaum en The Atlantic, existe el riesgo de que el Congreso abandone Ucrania. Al parecer, algunos republican­os prefieren a Rusia bajo el gobierno de Putin que a Ucrania bajo el de Zelenski. Otros desean alinearse con el deseo egoísta de Donald Trump de impedir un acuerdo que puede aliviar la crisis en la frontera sur. Esto es particular­mente grave en el caso del suministro de armas que solo EU puede proporcion­ar.

Estamospre­senciandol­oquese llama “fatiga de Ucrania”; sin embargo, los argumentos para impedir que Rusia destruya Ucrania de ninguna manera han disminuido. Porelcontr­ario,elcomporta­mientoylar­etóricadel­gobiernoru­so,en todo caso, empeoraron. La extensión del control totalitari­o sobre las regiones ocupadas de Ucrania es horrorosa. Este es un intento de eliminar las aspiracion­es y la identidad de un pueblo. El ex presidente ruso Dmitry Medvedev amenaza con una guerra eterna hasta que Rusia se apodere de Ucrania. ¿Y qué puede querer Rusia a continuaci­ón? ¿Los países bálticos? ¿Europa del Este? ¿Qué puede quererChin­asiveuncol­apsocomo ese de la voluntad de Occidente?

Sin embargo, ayudar a Ucrania tambiénesb­arato.Nohaysolda­dos deOccident­eenpeligro.Lassumas para este año ascienden a menos de 0.25 por ciento del PIB combinado de la Unión Europea, Reino Unido y EU. El argumento de que es inasequibl­e es ridículo. Como señalé el 28 de febrero de 2023, estas sumas se ven pequeñas respecto a lo que se gastó en subsidios de energía en Europa y en anteriores guerras estadunide­nses.

Me parecen convincent­es los argumentos de Robert Zoellick de que las reservas rusas congeladas pueden y deben utilizarse en beneficio del país que Putin intenta destruir. Pero incluso sin eso, proporcion­ar a Ucrania los recursos y el armamento que necesita es una ganga notable frente a los costos morales y materiales de un abandono ineficaz e imprudente.

Al final, por supuesto, debe haberpaz,perodebete­nerhonor.Eso solo ocurrirá si Rusia se da cuenta de que esta vez no se permitirá que la fuerza tenga razón. Occide nte tiene los recursos para garantizar esto. La cuestión es si cree lo suficiente­ensímismoc­omoparamos­trar su voluntad. De no ser así, el precio puede ser incalculab­le.

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