En el sexenio actual: ¿primero los trabajadores?
El Gobierno federal actual ofreció mejorar la situación de los trabajadores en cuanto a incremento salarial, libertad sindical, democracia sindical, respeto al contrato colectivo y la eficiencia en la impartición de justicia. A cinco años, los resultados no son los esperados. Parte de las razones descansan en que la “transformación laboral”, que se inició, no fue acorde a las historias laborales regionales y la heterogeneidad de la fuerza laboral mexicana. Los cambios fueron construidos a partir de percepciones laborales de líderes alejados de la base laboral y abogados laborales que consideran que con modificaciones legales se solucionan problemas estructurales y prácticas culturales endémicas, sin acompañar- las con suficiente información y otras acciones que permitan permear hasta las bases los cambios que se intentar realizar. No menos importante, en este no cumplimiento de las expectativas laborales, fue la relevancia de las exigencias internacionales, a través de la actualización del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), con la finalidad de frenar la competencia desleal, mediante salarios bajos y sindicatos subordinados, más que un interés genuino en impulsar el mejoramiento de los trabajadores.
Para lograr sus objetivos, en un
primer momento, el Gobierno, en el año 2019, incrementó el salario mínimo al doble, y entre los años de 2020 y 2024, lo incrementó en un 20% en promedio anual, que condujo a un salario diario actual de 248.93 pesos en el área no fronteriza y 374.9 pesos en el área fronteriza, estimando que los salarios crecieron en 110%. A pesar de ello, el poder adquisitivo no se recuperó debido a la ausencia de una política de control de precios, en los artículos de la canasta básica, además habría
_ que mencionar que los salarios superiores a los mínimos experimentaron aumentos que fluctuaron entre el 3 y 7%, porcentajes alejados de los incrementos que se hicieron en los salarios mínimos.