La Revolución de las Jacarandas
CuandoeraestudiantedeCiencia Política, en la segunda mitaddelosochenta,pensabaen qué acontecimiento relevante vendría a poner en jaque el estado de cosas. Soñabaconlaposibilidaddequesertestigode primera mano de un cambio revolucionario me daría materia para escribir mi tesis de licenciatura.
Eran aquellos los tiempos del PRI omnipotente, pretendidamente monolítico y claramente hegemónico. Uno de los elementos clave para la fuerza del partidazo era la disciplina corporativa, y el mejor ejemplo de ello era el sindicalismo de la CTM con su líder eterno, Fidel Velázquez. Así que, con alguna lógica estadística basada en la edad del señor en cuestión, pensaba que lo más probable era que a su muerte siguiera una desbandada que terminara por desmantelar los tres sectores del partido –campesino, obrero y popular–, lo que traería consigo su desaparición.
Las cosas no ocurrieron exactamente así, por lo menos no a la velocidad que imaginé.Sinembargo,aestaalturademi vida,debodecirquenohesidodefraudada por el palco desde el que he podido ver transformaciones ciertamente más poderosas que las que anticipaba.
Evidentemente, en esa etapa de juventud tuve la suerte de ver a la democracia entrar por otra puerta, la de lo internacional. Llegaba justo a mi calidad de ciudadana cuando cayó el Muro de Berlín y se desmembró la Unión Soviética. Grandes días, como los llamó Octavio Paz en la “Pequeña crónica” que les dedicó.
Sin embargo, la transformación que más me llena y emociona, la que me hizo abjurar de la postura insensible de la asepsia científica para descubrir que el análisis político no es sino la base para la militancia informada,eslarevolución que estamos protagonizando las mujeres en el mundo y en México de manera excepcional. Porque en un régimen patriarcal pensar, decir y actuar en el sentido de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, es armar la revolución.
Escribiendo libros o pintando en las paredes, criando o gritando, en el aula o en la calle, las mujeres estamos luchando.
En el aula o en la calle, las mujeres estamos luchando