El desorden cotidiano
Podríallamarlopesadilladecadadía.Merefieroalaimpunidad y la corrupción en México, que siguen rampantes. Ciertamente hay impunidad. He allí la captura de regiones enteras por el crimen organizado, a punto de que los obispos de Guerrero negocian con los grupos delincuenciales para conseguir algo de paz. Al parecer, no hay otro modo, pues el Presidente, en vez de perseguir a los mafiosos, les dice a los obispos: adelante, dialoguen (y a los narcos, abrazos).
Enmuchasregionesdelpaísprospera la extorsión, en especial contra los negocios pequeños. Si en algunas zonas de la Ciudad de México un taco al pastor cuesta cinco pesos, en tendajitos de la frontera, donde vivo, cobran 25. Es porque los extorsionadores exigen el cobro de piso, al- rededor de dos mil pesos por semana a cada changarro. Y no es que no existiese la extorsión muy antes. La había por parte de autoridades corruptas. Hoy, sin embargo, se agrava porque, de no pagar, no se pierde solo el negocio, sino incluso la vida. He allí la abundancia de secuestros, desapariciones y asesinatos. La extorsión la practican inclusive contra funcionarios públicos. Si antes éstos cobraban, ahora les cobran.
Lacorrupciónsiguedándoseentodas susvertientes,auncuandolonieguenlas autoridades. Incluso la más burda prospera, la que atañe a beneficios económicos directos e indebidos: el soborno,
la malversación o peculado, el enriquecimiento ilícito y el lavado de dinero. La corrupción menos obvia también crece: el tráfico de influencias, el abuso de funciones, la obstrucción de la justicia, la extorsión, el chantaje, el nepotismo, clientelismo, favoritismo, la colusión, la simulación, la información falsa, la reserva indebida de información estratégica para agandallar oportunidades.
La corrupción no es exclusiva de entidades públicas, también la cometen empresarios.
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Por ejemplo, hay colusión cuando éstos acuerdan los precios de sus servicios de tal modo que cuando la entidad pública adjudica contratos siempre acaba pagando sobreprecio a cualquiera de los coludidos.