La productividad es el gran ausente en las mejoras laborales
En el transcurso del sexenio, la clase trabajadorahaobtenidoimportantes logros y se siguen planteando medidasque,deaprobarse,mejoraránmássusituación. Son noticias alentadoras; sin embargo, hay un tema crucial que ha quedado a un lado en estedebate:laproductividad.Hayquetenermuchocuidado,porquesienelfuturolosavancesen las prestaciones laborales no van de la mano de un aumento en la productividad, más temprano que tarde enfrentaremos graves problemas de inflación, informalidad y competitividad.
Uno de los avances más notables de los últimos seis años ha sido el considerable aumento del salario mínimo. De 88.36 pesos diarios en 2018, pasó a 248.93 pesos diarios en 2024 (en la frontera pasó de 176.72 a 374.89). Esto, por supuesto, ha generado importantes beneficios a los trabajadores que menos ganan tras décadas de aumentos marginales.
Otras prestaciones laborales también han mejorado en este periodo. Gracias a la reforma pensionaria de 2020 (uno de los principales éxitos del gobierno de López Obrador), a partir de 2023 las aportaciones patronales para el retiro aumentarán 1% al año hasta 2030. Con esto, el porcentaje del último sueldo que recibirán los futuros jubilados estará cerca de 70%, una tasa de reemplazo superior al promedio de los países que integran la OCDE. En el sexenio también se duplicaron los días de vacaciones y se eliminó el outsourcing.
Todo esto ha sido muy positivo para la clase obrera, con —hasta ahora— repercusiones manejables para las empresas y la economía, pero me preocupa que si continúan elevando las prestaciones sin un respectivo aumento en la productividad se genere un daño significativo.
Se habla de reducir la jornada laboral de 48 a 40horasporsemanaydeduplicarelaguinaldoa unmesdesueldo.Aunqueestasmedidassuenan bien en principio, añadirán enormes costos a las empresasypuedendetonarinflacióneinformalidad. De acuerdo con el CCE, por ejemplo, eliminarochohorasdelajornadalaborallecostará 360 mil millones de pesos a las empresas. En lo que respecta al aumento de 15 a 30 días de aguinaldo, el IMCP estima que aumentará la prima vacacional hasta 50%.
No habría mucho problema si las mejores condiciones laborales propuestas estuvieran acompañadas de un importante aumento en la productividad. No es el caso. Al contrario. La productividad en el país, medida por el PIB por persona ocupada, se ha reducido en los últimos 20 años. Esto contrasta con un aumento de más de 40% en los países que integran la OCDE durante el mismo periodo. Dicho de otra manera, nuestra mano de obra ha perdido competitividad, con el respectivo costo para las empresas.
Para construir un futuro laboral y económico próspero, es fundamental que las mejoras en la situación de los trabajadores se complementen con medidas para impulsar la productividad. De lo contrario, corremos el riesgo de perder competitividad, detonar inflación y fomentar la informalidad.