Se desborda inseguridad pública
Con las estadísticas como prueba en torno a la inseguridad pública, lo más urgente para el estado no es contar con un “súper policía” inflado en imagen mediática, sino una estrategia integral de seguridad que baje los altos índices delictivos.
La comisión de diversos delitos del fuero común daña a la población que es, cada vez, más vulnerable; en particular por el incremento de los robos con violencia, muchos de éstos en el transporte público.
Los delitos de alto impacto, como los homicidios dolosos, se incrementan y han rebasado a las autoridades de los tres niveles.
De acuerdo al último reporte del Observatorio Nacional Ciudadano, con las aportaciones del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), los llamados delitos de alto impacto están al alza en municipios como Atlixco, Huauchinango y Tehuacán.
Los homicidios dolosos, el secuestro, la extorsión, asaltos con violencia y el robo de vehículos, tuvieron incrementos en todo el 2016.
En materia de secuestro, es la región de la Sierra Nororiental la que lidera el delito en la entidad al ocurrir 1.65 casos por cada 100 mil habitantes, por destacar el caso más grave.
Siguen las malas noticias relacionadas con delitos como el feminicidio. Apena también el daño patrimonial de ciudadanos que no tienen seguridad, ni en calles, ni en el transporte público.
Estremecen hechos delictivos como el ocurrido a una familia, una verdadera tragedia, que cayó en los tentáculos del monstruo depredador criminal de la delincuencia, que los halló en un tramo de la autopista Puebla-México, a la altura de San Martín Texmelucan.
Los delincuentes cometieron diversos delitos en perjuicio de una familia que viajaba en una camioneta y que fue sorprendida en una “parada técnica”: agresión física, asesinato con arma de fuego y ataque sexual a madre e hija.
De qué nos sirve un “súper policía” de la propaganda cuando se carece de una estrategia integral y la federación le carga la responsabilidad al estado de cuidar los “pinches” ductos de gasolina, descuidando lo elemental para los poblanos: la seguridad pública.
pablo.ruiz@milenio.com