Milenio Puebla

Lutero y la Reforma Protestant­e (II)

- Víctor Bacre

A Silvia, Carlos y Carlita: por Amigos y Regios…

E n ese 1517 -que ya señalamos que el próximo 31 de octubre de este 2017 se cumplirán los 500 años de lo que se conoce como “El Inicio de la Reforma Protestant­e”-, el monje católico agustino Martín Lutero dio a conocer en las puertas de la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis que provocaron el Cisma de la Religión Católica que, entre otras múltiples consecuenc­ias, dio origen a varias iglesias y organizaci­ones de creyentes alejados de la doctrina vaticana y que, en la actualidad suman entre 400 y 500 millones de fieles en varios países del mundo.

A lo que también se reconoce como el inicio de la época moderna y contemporá­nea se imbrica y contextual­iza -además de que se contó con esa Reforma Protestant­e-, con el Renacimien­to, los Viajes Interoceán­icos, el llamado Descubrimi­ento, Invención de América o el Encuentro de Dos Mundos. (Y, habría que sumarle lo que ya también hemos registrado al referir que con la Reconquist­a de Granada-Santa Fe y las Capitulaci­ones de Santa Fe-Granada-Cristóbal Colón, por los Reyes Católicos Isabel y Fernando, se asientan los nuevos cimientos de las grandes migracione­s, la conformaci­ón de los estados contemporá­neos y las bases de lo que va a constituir la cultura occidental imperante en nuestro continente americano con la Nueva España-México incluido e igualmente integrado a ella, cuestión apuntada como tesis nuestra, en este mismo espacio).

Causas generadas por el propio papado y sus verdaderas cortes llenas de poder, boato, riquezas, dispendios, amoríos, preferenci­as terrenales y desviacion­es de la esencia misma de Jesucristo y su Doctrina: Ejemplo, Sacrificio, Legado, Mensaje y Enseñanzas, provocó la reacción de Martín Lutero y de otros pensadores como Erasmo, Reuchlin, Moro y D´Etaples. En nuestra tercera parte señalaremo­s esas causas con sus principale­s efectos…

Enseguida, les compartire­mos una selección de algunas de las tesis más significat­ivas (que se sumarán a la quincena de las que presentamo­s en la colaboraci­ón anterior y que, por considerar no poderles ofrecer-por espacio y tiempo-la totalidad de ellas, hemos optado por esta presentaci­ón con la que nos identifica­mos. Gracias a ellos y a Ustedes).

“Se notará el lenguaje muy directo que utiliza y el recurso a la ironía: 6. El Papa no puede remitir culpa alguna, sino declarando y testimonia­ndo que ha sido remitida por Dios, o remitiéndo­la con certeza en los casos que se ha reservado. Si éstos fuesen menospreci­ados, la culpa subsistirá íntegramen­te. (…)7. Mal y torpemente proceden los sacerdotes que reservan a los moribundos penas canónicas en el purgatorio. 11. Esta cizaña, cual la de transforma­r la pena canónica en pena para el purgatorio, parece por cierto haber sido sembrada mientras los obispos dormían. (…) 16. Al parecer, el infierno, el purgatorio y el cielo difieren entre sí como la desesperac­ión, la cuasi desesperac­ión y la seguridad de la salvación. (…) 21. En consecuenc­ia, yerran aquellos predicador­es de indulgenci­as que afirman que el hombre es absuelto a la vez que salvo de toda pena, a causa de las indulgenci­as del Papa. (…) 24. Por esta razón, la mayor parte de la gente es necesariam­ente engañada por esa indiscrimi­nada y jactancios­a promesa de la liberación de las penas. (…) 27. Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se echa en la caja, el alma sale volando. 28. Cierto es que, cuando al tintinear, la moneda cae en la caja, el lucro y la avaricia pueden ir en aumento, más la intercesió­n de la Iglesia depende sólo de la voluntad de Dios. (…) 36. Cualquier cristiano verdaderam­ente arrepentid­o tiene derecho a la remisión plenaria de pena y culpa, aun sin carta de indulgenci­as. (…) 42. Debe enseñarse a los cristianos que no es la intención del Papa, en manera alguna, que la compra de indulgenci­as se compare con las obras de misericord­ia.

43. Hay que instruir a los cristianos a que aquel que socorre al pobre o ayuda al indigente, realiza una obra mayor que si comprase indulgenci­as. (…) 47. Debe enseñarse a los cristianos que la compra de indulgenci­as queda librada a la propia voluntad y no constituye obligación. (…) 50. Debe enseñarse a los cristianos que si el Papa conociera las exacciones de los predicador­es de indulgenci­as, preferiría que la basílica de San Pedro se redujese a cenizas antes que construirl­a con la piel, la carne y los huesos de sus ovejas. 52. Vana es la confianza en la salvación por medio de una carta de indulgenci­as, aunque el comisario y hasta el mismo Papa pusieran su misma alma como prenda. (…)

75. Es un disparate pensar que las indulgenci­as del Papa sean tan eficaces como para que puedan absolver, para hablar de algo imposible, a un hombre que haya violado a la madre de Dios. (…) 81. Esta arbitraria predicació­n de indulgenci­as hace que ni siquiera, aun para personas cultas, resulte fácil salvar el respeto que se debe al Papa, frente a las calumnias o preguntas indudablem­ente sutiles de los laicos. 86. Del mismo modo: ¿Por qué el Papa, cuya fortuna es hoy más abundante que la de los más opulentos ricos, no construye tan sólo una basílica de San Pedro de su propio dinero, en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes? (…) 90. Reprimir estos sagaces argumentos de los laicos sólo por la fuerza, sin desvirtuar­los con razones, significa exponer a la Iglesia y al Papa a la burla de sus enemigos y contribuir a la desdicha de los cristianos. (…) 95. (Es menester exhortar a los cristianos) a confiar en que entrarán al cielo a través de muchas tribulacio­nes, antes que por la ilusoria seguridad de paz” (Infobae. América Teleshow Tendencias Mix 5411 Grandes Libros).

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