Mosca española
“La ley solo existe para los pobres; los ricos y los poderosos la desobedecen cuando quieren, y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero” Marqués de Sade (1740-1814).
La historia da cuenta de la creencia de que diferentes plantas o partes de animales, desde las ostras y el apio hasta el cuerno del rinoceronte y el pene de un tigre, son estimulantes de la libido de los humanos y que con ello su rendimiento sexual aumentaba. Se creía que el rinoceronte y el tigre eran viriles y que por ello partes de su cuerpo eran afrodisíacos. En otros casos, por la forma de las plantas, como el apio. Sin embargo, hasta ahora el afrodisíaco más potente que se conoce es la mente, la imaginación de las personas.
Existen pocos casos de sustancias que dan pruebas visibles de que están afectando los órganos genitales. Antes se creía que el cuerpo seco y machacado de la “mosca española” (Lytta vesicatoria) tenía propiedades afrodisíacas; hoy sabemos que es un veneno muy poderoso.
La mosca española no es una mosca, es más bien un insecto muy llamativo, de color verde iridiscente. Se le puede encontrar en diferentes árboles y arbustos como el fresno, el saúco y el ligustro de Europa meridional y Asia Central. La forma larvaria de este insecto es parásita de muchas especies silvestres como la abeja. Las larvas de la “mosca española” se suben a las flores y se adhieren a las abejas cuando estas liban el néctar y el polen. Una vez en la corbíncula o canasta de las abejas, devoran a las larvas de las abejas y los nutrientes acumulados para ellas.
La “mosca española” pertenece al grupo de insectos meloidos, esos que segregan cantaridina, sustancia que provoca ampollas y que sirve al insecto y a sus huevecillos para protegerse de sus depredadores. Las propiedades irritantes de este insecto es lo que le dieron fama de ser un estimulante sexual. En cantidades mayores esta sustancia puede matar a una persona, por eso es que para encender la pasión habría que ser cauto.
El Marqués de Sade, el famoso pornógrafo acusado por la Iglesia católica de inmoral, blasfemo y sodomita fue acusado de querer envenenar a unas prostitutas con esta sustancia. Fue en el año de 1772 cuando durante una visita a Marsella, Sade contrató a varias mujeres para llevar a cabo una orgía. Posteriormente fue acusado de haberles dado unas pastillas con sabor anisado y que contenía “mosca española” en polvo. El Marqués huyó a tiempo porque fue condenado a muerte por sodomía e intento de envenenamiento. Posteriormente fue indultado y regresó a Francia, aunque el Estado y la Iglesia siguieron sus pasos para castigar sus delitos.
En la Italia del siglo XVII la única forma de divorciarse era dirigiendo una petición al Sumo Pontífice, pero muchas esposas al ver frustrados su deseos de deshacerse de sus maridos recurrieron al acqua tofana, una mezcla incolora e inodora que contenía, posiblemente, una mezcla de arsénico, plomo, belladona y mosca española. Así se deshacían definitivamente de sus esposos.
Fue una mujer la que procesó esta sustancia, su nombre era Giulia Tofana, esta “santa” pasó a mejor vida en el año de 1659. Se cree que pudo haber hecho viudas a 600 infelices mujeres.