LAS VOCES NACIONALES SE HAN CUBIERTO DE GLORIA
La soprano Enivia Muré, mandó su mensaje por Facebook después de ser la protagonista de la obra de Rey en el Zócalo de la antigua Ciudad de los Ángeles, para iniciar el Festival Internacional 5 de Mayo.
Las voces (y los instrumentos) nacionales se han cubierto de gloria. Tal puede ser la paráfrasis a la inmortal frase de Ignacio Zaragoza después de escuchar la “Sinfonía 5 de Mayo” de Venus Rey Junior.
Ayer, Enivia Muré, la soprano protagonista de la obra orquestal, mandó su mensaje por Facebook después de ser la protagonista de la obra de Rey en el Zócalo de la antigua Ciudad de los Ángeles, para iniciar el Festival Internacional 5 de Mayo.
Muré, quien está en pleno dominio de sus capacidades como soprano, cantó “¿A dónde iremos?”, el poema de Netzahualcóyotl, con el cual conmovió a quien escuchaba, pues poco más de siglo y medio después, sus preguntas y reflexiones eran las de las mujeres (y los hombres) en la ciudad de Puebla el 5 de mayo de 1862, cuando los mexicanos iban a la guerra contra los franceses:
El poema prehispánico, de casi 600 años de antigüedad, es la primera intervención de la soprano Enivia Muré en la obra de una hora de duración de Venus Rey, la cual fue estrenada hace dos años aquí, en Puebla.
Casi para finalizar la sinfonía presentada ayer en el Zócalo, Muré, quien venía de cantar en semana santa en Barcelona, interpretó el “Te deum” celebratorio por el triunfo en la batalla; ahí en apoyo de la Compañía de Ópera de la UAP, dirigido por la maestra Magda Rey.
De una hora de duración, la obra de Rey Junior, estrenada en el año 2015 con la misma orquesta, dirigida como la víspera por Fernando Lozano, atrajo poco a poco a la gente que, una vez instalada en la escucha, no se retiró hasta el último acorde. Fue el tercer año consecutivo en que la obra, celebra el triunfo mexicano sobre los galos hace 155 años.
El sol caía con su fuerza natural: eran las trece horas, faltaban unas horas para que se cumplieran los 155 años de la batalla que, en parte se decidió gracias a un aguacero; pero en el Zócalo poblano, sólo la fuerza del sol, a la que se sumaron parches y metales, como dicen los taurinos, con poderosas secciones de cuerda: 87 músicos en escena.
Mientras tanto negros ángeles, tal vez mezclados con los ángeles verdes de las rejas de la catedral, esperaban su turno para presentarse a las ocho de la noche en el mismo sitio: Los Ángeles Negros, desde Chile, llegarían con otros aires pretéritos: los de los románticos años setenta en español, donde Germaín de la Fuente fue protagonista indiscutido con sus quinteto de compatriotas. Cinco del quinto mes ¿A dónde iremos?, preguntó Netzahualcóyotl hace casi seis siglos, en tanto que ayer, quienes habían ido a ver el desfile al Bulevar Héroes del 5 de Mayo, se hicieron la misma pregunta y llegaron al Zócalo angelopolitano. Algunos sabían que la filarmónica poblana actuaría ahí; otros, no, pero una vez escucharon la música se quedaron hasta el final: de las trece a las catorce horas.
La orquesta atacó con decisión el primero de los cinco movimientos de la obra: marcial, épica, con un ritmo hipnótico, con aires decimonónicos, como corresponde a una obra situada en ese siglo, con remembranzas de la “Heroica” de Beethoven, o la “Obertura 1812” de Tchaikovsky.
A lo anterior agréguesele la voz de la soprano Enivia Muré, quien proyecta todo el dramatismo y la escatología del poema de Netzahualcóyotl, pero al final realza la voz del triunfo de los mexicanos en el “Te deum”, a ti Dios, ese agradecimiento latino.
La batalla duró de las once de la mañana a las seis de la tarde, “con bajas considerables” para los mexicanos, quienes debieron haber agradecido también que la lucha haya sido en mayo, cuando los aguaceros caían inclementes sobre el valle poblano—tlaxcalteca. Caían…
Los aplausos no se hicieron esperar. Enivia Muré cantará el viernes 12 en la Ciudad de México, y el martes 30 en Barcelona, y después… adelanta que tiene algunas sorpresas.