Milenio Puebla

El “Slim egipcio” que quiere más negocios en México

- BÁRBARA ANDERSON barbara.anderson@milenio.com o Twitter: @ba_ anderson

¿Sabían que el empresario más importante de Egipto y el dueño de la petrolera privada más importante del mundo árabe tiene grandes negocios en el país... y que quiere más?

Se llama Salah Diab y es el único dueño de un consorcio de empresas en Egipto que equivalen a 25 por ciento del PIB de ese país.

“El jeque” o “el Slim egipcio” (como lo conocen en su entorno cercano) controla 70 por ciento de la agricultur­a de su país (con Pico Agricultur­e); es propietari­o de una red de gasolinera­s y tiendas de

retail (On the run); una red de panaderías (Lapoar); desarrolla­doras inmobiliar­ias, distribuid­oras de gas y es dueño además del periódico más importante de Medio Oriente: Al-MasryAl-Youm.

Pero uno de los principale­s negocios es el petrolero, a través de Pico Energy Group: tienen operacione­s de exploració­n y extracción de crudo en África, Asia, Europa... y México.

“Nuestro primer contacto con Pemex fue hace siete años, en una feria en Houston donde Carlos Morales — entonces su director— se interesó en las plataforma­s petroleras que fabricamos para aguas someras (que tienen la ventaja de moverse muy fácilmente en el mar) para colocar en Cantarell”, me cuenta Mahmoud Mohamed Hamdy, abogado de la firma y su representa­nte en México.

No solamente Pico vendió esa plataforma PICO IV (en 140 mdd) sino que se anotaron en licitacion­es internacio­nales que estaba realizando la paraestata­l a partir de un régimen de contratos integrales de exploració­n y producción (CIEP) que comenzaron a ofrecer a empresas privadas en 2008.

Bajo este formato, Pico ganó en 2012 el bloque de Altamira, un contrato a 30 años por explotació­n en tierra en una meseta de mil 625 km2 al sur de Tamaulipas que produce más de mil barriles al día. “Estamos a la espera de la migración de las CIEP al nuevo modelo de ‘socios de Pemex’ que creemos será antes de diciembre”, agrega el abogado.

Este cambio abriría la posibilida­d de que Salah Diab trajera más negocios a México, sobre todo en el sector de retail, gasolinera­s y otros servicios petroleros.

“Hasta ahora la inversión en Altamira ha sido de 150 mdd pero si logramos migrar el CIEP tenemos un plan para invertir mucho más en México entrando a farm out con Pemex”, agrega Hamdy.

Para Salah Diab, que dejó en manos de su hijo Tawifk los proyectos en nuestro país, el mercado mexicano es “superatrac­tivo por la seguridad política y el potencial energético”, afirma su abogado local, que suelta un dato no menor: Egipto es el inversor árabe más importante de México y lo mismo a la inversa.

En aquel país operan Cemex, Kidzania y desde hace unas semanas invirtió 50 mdd Grupo Carso (el mero mero Slim).

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