“Zopilotean” a Lobos
Junto a la emoción y la pasión fultbolera por un eventual triunfo de Lobos BUAP para ascender al circuito mayor del balompié mexicano, vienen las preocupaciones por lo que significa como negocio para quienes se dedican a la comercialización de este deporte profesional.
Empieza a correr mucha agua debajo del puente y los cabilderos de las televisoras y otras empresas dedicadas al negocio de las patadas se estarían ya acercando para la comercialización.
Aunque usted no lo crea, tanto jugadores como directivos de Lobos BUAP están embalados para alzarse con el triunfo sobre Dorados de Sinaloa, con un espíritu deportivo, con la camiseta bien puesta.
Sin embargo, serán las autoridades universitarias quienes den luz respecto al esquema en que trabajarían en caso de ascender a la liga mayor.
Experiencias existen de universidades públicas como la UNAM, UANL y UdeG o privadas como Los Tecos de la UAG, con equipos en la llamada primera división, unas exitosas y otras no tanto como franquicia.
Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, por ejemplo, es uno de los equipos de futbol profesional con una de las nóminas más caras, y no sería eso posible con los ordinarios recursos financieros de una universidad pública, pero sí se hizo realidad con un acuerdo-negocio con empresas regiomontanas.
En un hipotético caso -deseable- de que Lobos BUAP ascendiera “a la primera”, qué esquema seleccionaría el Consejo Universitario de la UAP como propietarios de la marca, y qué recursos financieros destinaría, que obviamente serían insuficientes con el tamaño del reto.
Cuánto cuesta la franquicia en la liga de ascenso y cuánto costará en el circuito mayor, quiénes serán los socios, qué televisora ofrecerá el mejor portafolio de negocios, quiénes inyectarán capital y dónde quedarán los ingresos por ganancias, son las preguntas que requieren respuestas.
Está claro y hoy quedará como un mito o leyenda del pasado, la zona de confort en que se había convertido la franquicia, nadando de a muertito en la Liga de Ascenso, para tapar hoyos financieros o hacer el “cochinito”. Salvo este “mito”, el resto son estrictamente preguntas.