Milenio Puebla

Carmen Rosas Teuntle, de 67 años,

Es la madre del mayordomo que guardaba mil 600 cohetones en su domicilio

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En cuestión de segundos Carmen Rosas Teuntle, de 67 años, vio morir a los más pequeños de su familia y cómo se derrumbó el patrimonio de sus hijos, es la madre del mayordomo que guardaba mil 600 cohetones en su domicilio, que utilizaría­n durante las celebracio­nes de la fiesta patronal de San Isidro Labrador, del municipio de Chilchotla.

Camina a paso lento con la mano izquierda vendada, recuerda que sólo se escuchó un fuerte estruendo mientras la mayoría de los adultos se encontraba­n afuera de la casa, cuando volteó la casa se había caído y el polvo de la construcci­ón y el humo se mezclaban.

En el interior de su casa estaban sus tres nietos, dos bisnietos y su nuera, quienes fueron de las 14 víctimas mortales del accidente, cuatro más están en el hospital del Niño Poblano, en donde son atendidos.

Era la primera vez que elegían a Juan Serrano Arguelles como mayordomo de la comunidad, en la explosión perdió a tres hermanos y dos sobrinos además de que su hijo resultó lesionado y ya se recupera.

Él mismo lo sacó de los escombros de su casa, narró que escuchó la explosión, la casa se vino abajo y recuerda que todo el mundo gritaba.

Alguien le dijo dónde estaba, de inmediato lo sacó y se lo llevó a un hospital particular en un vehículo de un amigo suyo, aunque había algunos hospitales más cercanos decidió llevarlo a una clínica particular, en la que fue atendido; el gobernador del estado se comprometi­ó con él para liquidar los gastos.

Además de que lo apoyarán para reconstrui­r la vivienda en la que almacenó los cohetones, señaló que los tenía en un cuarto aparte y aún no entiende como una chispa llegó hasta ese lugar. Antonio Bonifacio vive en un pueblo cercano a San Isidro, se encontraba a 10 kilómetros de distancia cuando escuchó la explosión, de inmediato con otros vecinos fueron a la comunidad en donde encontraro­n con que la casa del mayordomo se había caído.

Trataron de sacar a las personas que se encontraba­n entre los escombros mientras otros pedían el apoyo a los servicios de emergencia.

De entre los escombros fueron sacando los cuerpos de los niños que jugaban en la casa al momento de la explosión; sin embargo, la loza del techo no la pudieron quitar por lo que tuvieron que esperar a que llegara maquinaria que fue enviada por el ayuntamien­to.

El saldo de la tragedia, al cierre de esta edición, fue de 14 personas muertas, 11 de ellos menores de entre 4 y 14 años de edad, nueve murieron en el lugar de los hechos y se determinó que no murieron por quemaduras, quedaron sepultados bajo los escombros de la casa.

Tras la explosión de las 12 gruesas de cohetones que se encontraba­n en la casa del mayordomo 24 personas resultaron lesionadas, entre ellos tres menores de edad que se reportan graves en el Hospital del Niño Poblano.

A los familiares les informaron que los cuerpos serían entregados este día para que pudieran velarlos y este día serán sepultados.

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FOTOS: SERGIO CERVANTES
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