Milenio Puebla

Sin zapatos para caminar

- JAIME ZAMBRANO jai,e. zambrano@milenio.com

El camino de los migrantes, su paso por territorio nacional, los abusos y el apoyo de las personas, todo ello se refleja en los zapatos. Algunos migrantes salieron con un par de zapatos pero después de días de camino quedaron destruidos.

Al mismo tiempo, entre los migrantes, el hecho de que en algún albergue o alguna persona, les regale un par de zapatos, es uno de los principale­s obsequios y muestra de apoyo que se pueda recibir.

El calzado es clave para los migrantes pero también para los integrante­s de redes que abusan de los derechos de las personas indocument­adas. Los migrantes son víctimas de robo de sus zapatos.

Para la delincuenc­ia, el robo de botas, botines o tenis impide que los migrantes puedan caminar, puedan continuar su paso por territorio nacional con el objetivo de llegar a Estados Unidos

Al pasar por la zona de Puebla-Tlaxcala, un indocument­ado que se identificó como Orlín, expresó la importanci­a de recibir o encontrar zapatos. El calzado, al ser tan importante, para los migrantes, también, se ha usado como forma de engaño para secuestros.

“Me daban zapatos. Ahora aunque la gente quiera y aunque yo quiera no me subo a ningún carro porque no sé para dónde me llevan. Ahora no sé si aquella gente, tal vez, con un taquito que me quiera engañar, me puedan hacer no sé qué cosa, por eso uno ya mejor se dedica, a veces, a pedir monedas”, explicó Orlín.

El joven migrante recuerda que los zapatos fueron una de las primes pertenenci­as que le quitaron cuando fue secuestrad­o por grupos de personas desconocid­as en la bestia, tren en el que viajan los migrantes.

“Ahí se paró y se subieron unos ladrones. Me quitaron mi dinero, aventaron mi mochila, me quitaron mis zapatos. A un guatemalte­co, andaba bien escondido su dinero, le pegaron una madriza, casi lo matan”, apuntó.

Por su parte, Joelio, migrante entrevista­do en el templo de Nuestra Señora de la Asunción, ubicado al poniente de la capital, mira sus zapatos y expresa que ya no tiene un par más para continuar su camino. Después de días caminando, su par de tenis ya no sirve.

El problema para los migrantes es mayor porque carecen de recursos para comprar un par y viven con el temor constante de ser víctimas de la delincuenc­ia y no poder correr cuando sea necesario.

Pese a las adversidad­es y las amenazas, los migrantes que se dirigen hacia los Estados Unidos cuentan con una fuerte esperanza de contar con zapatos para seguir dando pasos hacia el cumplimien­to de su objetivo.

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