Todo es culpa del negro del Whats
Cuando escuchas a los fiscales que investigan el asesinato artero del maese periodista Javier Valdez no te queda más remedio que rendirte ante su fabuloso conocimiento del arte de la investigación detectivesca que, aunada a las declaraciones de las altas autoridades federales al manifestar su amplio rechazo a tan lamentable situación —no sin antes externar su enérgica pero nada burocrática protesta—, te producen como ciudadano una enorme sensación de paz y de tranquilidad. Y como el gobierno prácticamente desde el asesinato de Colosio no nos ha fallado y tenemos certeza jurídica sobre todos los crímenes políticos habidos y por haber, la sociedad en su conjunto no tiene manera de dudar que esto será resuelto conforme a derecho.
Todas las verdades históricas están blindadas, moral y legalmente.
Esto es tan creíble como cuando el profe Moreira afirma, categórico, que ni él ni su familia, muchos menos su esposa, que no es ninguna Karime Macías en ciernes (no vaya a pretender abandonarlo en una cárcel guatemalteca), son como los pintan, y que todo lo que se dice de él son injurias y canalladas.
Claro, en ese sentido reconozco que entro en conflicto cuando un hombre sereno y probo como Jelipillo Calderón ataca a don Humbertus con esa sorna que suele imprimir el ex preciso cuando se pone a tuitear, jaibol en mano. Si ambos personajes sensibles e indudablemente honestos se contradicen como el Piojo y el Tuca Ferreti, que son como su versión pambolera (solo falta que el uno al otro se griten “cállate el hocico”), quiere decir que son como Trump, que pueden defender dos verdades contradictorias al mismo tiempo que no son excluyentes entre sí. Y es que Donald afirma que nunca jamás le ha pasado información confidencial a los rusos, y también alega a través de su cuenta de Twitter que al ser presidente le asiste todo el derecho de revelar secretos hasta a Robero Deschamps.
Pero a fin de cuentas lo mejor de todo es que en el caso de un desastre, siempre se puede alegar que todo es culpa del virus WannaCry que, según ciertos especialistas, es el legendario negro del Whats disfrazado.
Así que no desmayemos; el crimen de Javier Valdez no solo será debidamente resuelto con la coadyuvancia de los distintos niveles de gobierno, sino que además este tipo de enojosas situaciones no se volverán a repetir.
Lo que no coadyuda es que la señora Jackobson se ande metiendo en el caso Valdez. ¿Acaso no entiende que todos aspiramos a vivir como en Reynosa?