Midstream: el negocio energético que todos quieren
En el sector energético post-Reforma, el año pasado fue sin duda el de las grandes petroleras internacionales y las nuevas jugadoras locales entrando al negocio del upstream (exploración, perforación y extracción de hidrocarburos), fue el año de las exitosas licitaciones de las rondas petroleras.
En los últimos meses del año pasado y en lo que vamos de este 2017, los focos iluminan al negocio downstream (refinamiento y venta al consumidor final de combustibles), con los anuncios de inversiones de gasolineras también de banderas internacionales, así como las alianzas locales (como Summa/Hidrosina) o las alianzas locales e internacionales (como el reciente de G500/Glencore).
Pero hay un negocio intermedio enorme, que a todos interesa: el midstream. Esta es todo el almacenamiento y la logística y transporte de combustibles.
A este negocio quiere entrar Petrobal, que hasta ahora solo se había anotado a negocios petroleros tradicionales; Exxo Mobil también, porque si bien anunció una inversión de 300 mdd en gasolineras, una parte importante será para transporte (“desde barcos a ferrocarril”), me decían hace unos días y donde la suiza Glencore aportará su dinero y conocimiento a la alianza que firmó con el grupo local G500.
“Nosotros ya tenemos el primer recinto fiscal de importación de hidrocarburos del país en el Acatlán de Juárez, donde disponemos además de depósito, ferrocarril y ductos”, me dice Eduardo Riguero, director general de Grupo R.
Se trata de un predio de 200 hectáreas que inaugurarán el año que viene y que contará con tanques de almacenamiento, “es el espacio necesario para que cada marca local o internacional — como Oxxo o BP— pueda tener su propio tanque con su gasolina propia”, me explica Riguero.
Esta empresa de Jalisco hasta hace unos meses se dedicaba a construir, desarrollar y gestionar gasolineras en todo el país. “Yo tengo 42 gasolineras, pero he participado en la construcción de 7 mil de las de 11 mil que hay en el país”, agrega.
Las ambiciones de Riguero son mayores: con un grupo de socios de Jalisco (entre ellos el empresario Sergio Alcalde, fundador de la empresa de energía Fortius) tienen en su plan de inversiones construir dos refinerías privadas modulares (que se agrandan o achican según la demanda), cuyos módulos permiten refinar unos 250 barriles diarios. “Una estará en Topolobampo y la otra en Baja California, y empezaremos con 100 módulos, lo que demandará un inversión de 30 mdd”, afirma.
Eso sí, todos los interesados en este negocio intermedio están mirando de cerca la acción del gobierno frente a la explosión del fenómeno de los huachicoleros, que podría jugar contra cualquier inversión en la parte más sensible, como es precisamente la logística y la distribución de combustibles.