Malas noticias para México
Malas noticias para México: en el apartado de la política interior, Donald Trump tiene las manos amarradas por el Congreso de los Estados Unidos; no ha podido todavía implementar el veto a los viajeros de seis naciones musulmanas, ni privar de fondos federales a las llamadas “ciudades santuario” que amparan a los inmigrantes ilegales, ni tampoco desmantelar totalmente el sistema universal de cobertura sanitaria implementado por Barack Obama. Ah, pero en el tema de las relaciones internacionales el hombre se sirve con la cuchara grande: con la mano en la cintura sacó a su país del tratado comercial transpacífico (TTP, por sus siglas en inglés), maltrató al primer ministro de Australia, desairó a Angela Merkel, se embrolló con sus socios de la OTAN y, hoy mismo, amenaza con abandonar pura y simplemente el Acuerdo de París para el Cambio Climático. ¡Uf!
O sea, que nosotros seguimos estando en la mira de este francotirador impulsivo, ignorante, inepto y rencoroso. Y, vistas las cosas, su capacidad de dañarnos es tan entera como cuando, en su campaña electoral, se proponía asestar un impuesto de 35 puntos porcentuales a nuestras exportaciones: ya ha conseguido dificultar todavía más la obtención de visas para los mexicanos que quieran viajar al vecino del norte (esto, si lo piensas, les afecta más a ellos que a nosotros; digo, pierden turistas y compradores pero, en fin), la cacería policiaca de inmigrantes es cada vez más encarnizada y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte amenaza con significar la simple cancelación del acuerdo.
Muy bien, pero entonces, ¿qué hacemos? Yo diría que tenemos que irnos corriendo a echarnos a los brazos de los chinos.
¡En qué maldito momento cancelamos el tren chino México- Querétaro, oigan! Y, lo del Dragon Mart en Quintana Roo, caramba, iba a ser un proyecto colosal: un enorme centro comercial.