Au revoir, Paris
Como ocurrió hace unas semanas con el Tratado de Libre Comercio, el presidente Donald Trump amagó ayer con retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático. No es la primera vez que Trump expresa la intención de abandonar el pacto por el planeta, se trata de una de las promesas centrales de su campaña, pero esta vez parece acercarse a una decisión final.
La advertencia llega apenas una semana después de la reunión entre Trump y el papa Francisco, quien le obsequió una copia de su encíclica Laudato si’, y de la junta que el mandatario estadunidense sostuvo con líderes de las siete economías más grandes del mundo, quienes exhortaron a Trump a que permanezca en el acuerdo. Ambos esfuerzos parecen haber sido en vano.
Trump, quien conoce poco de la negociación lograda hace dos años en París, insiste en su visión insular del mundo, en poner a su América primero, aunque sea a empujones. Su equipo ve la posible salida estadunidense como una oportunidad para palomear algo en la lista de compromisos que el republicano hizo con su base y en la que no ha podido avanzar casi nada en estos primeros meses. Sin una sola victoria legislativa, Trump necesita algo que pueda vender como un triunfo, aunque sea a costa del planeta.
El Pacto de París busca principalmente limitar el aumento de la temperatura hacia final de siglo entre 2 y 1.5 grados y así evitar las consecuencias catastróficas que esto tendría para el planeta. La conferencia contó con el apoyo de las 147 naciones que suscribieron los términos impulsados por los gobiernos de China y Estados Unidos, los dos principales países emisores de gases de efecto invernadero en el mundo.
La salida de Estados Unidos pone en riesgo los objetivos del Acuerdo de Paris y la estrategia global para combatir el cambio climático. Esto es especialmente preocupante en nuestro país. Por su biodiversidad y sus características geográficas, México es uno de los lugares más vulnerables a las alteraciones en el sistema climático. La falta de un acuerdo efectivo, representa una amenaza a los intereses nacionales mucho más grave que la de cualquier acuerdo comercial. Para México el cambio climático es una amenaza existencial, no solo la crisis del sexenio.