Reabren Teatro Universitario Ibarra Mazari con dos obras
Con el inicio de una temporada que se llevará a cabo esta tarde, la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), reabre el Teatro Universitario Ignacio Ibarra Mazari, el cual se había permanecido sin utilizar formalmente, pese a pertenecer a la Escuela de Artes, que incluye el colegio de Arte Dramático, donde se realizan regularmente montajes.
La reocupación del sitio, será con la presentación de la obra “El gesticulador”, de Rodolfo Usigil, en una lectura dramatizada y el sábado 3 de junio “Los ositos y el misterio del culo”, de Hugo H. Wirth con la Compañía Teatral los Crazytubbys, con entrada gratis, pero con cupo limitado, informó Flavio Guzmán Sánchez, encargado de despacho de la Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura de la universidad.
El funcionario universitario recordó que, aun cuando ha tenido varias y acertadas recomendaciones y adecuaciones, el Teatro Ibarra Mazari sólo tiene cupo para 60 personas, por lo que para la presente temporada, que se realizarán los viernes y sábados de junio y julio, donde la entrada se hará conforme vayan llegando, anticipando al público en cada función de esa condición.
Asimismo, explicó que la respuesta de la audiencia ha sido inmediata, pues ahí se han realizado jornadas ininterrumpidas para celebrar el Día Internacional de Teatro por más de 72 horas seguidas y público en general, actores y directores respondieron desde entonces, hace un par de años a presentarse en el sitio.
Cabe recordar que Ignacio Ibarra Mazari creó un grupo de teatro en los años cincuenta del siglo pasado, con actores que se habían formado en la ciudad de México o con él, aquí en Puebla, y uno de sus mayores logros fue el haber llevado a escena obras de sus contemporáneos, incluidos varios extranjeros a los que él mismo tradujo, con lo cual dejó atrás una costumbre todavía decimonónica de montar obras españolas, comedias y dramas simples, o de capa y espada que raramente innovan en algo.
Ibarra Mazari, por el ambiente intelectual, académico y artístico que se vivía ahí, propuso a la entonces Universidad de Puebla, presentar sus montajes en el viejo edificio Carolino, lo cual hizo, aunque brevemente, con éxito. Sin embargo, las revueltas de los primeros años sesenta por la autonomía universitaria, como daño colateral, hicieron que el dramaturgo y director saliera de la UAP. Murió antes de cumplir los sesenta años de edad.