Milenio Puebla

VIVO LA TRANSICIÓN DE GALÁN A ACTOR DE CARÁCTER: JUAN SOLER

El histrión, quien protagoniz­a la nueva versión de Nadaperson­al, habla de la ambivalenc­ia de su personaje, Raúl Rey, del balance que ha logrado entre su vida privada con la profesiona­l y del “miedito” que siente con cada nuevo reto

- ¿En qué momento llega este personaje (Raúl Rey) a tu carrera, han cambiado tus objetivos, tus prioridade­s, tus intencione­s profesiona­les? Hablas de un balance en lo personal y lo profesiona­l, y la carrera que has hecho y la familia que has formado con Mak

Desde hace dos semanas, Juan Soler da vida a Raúl Rey en la nueva versión de Nadaperson­al, un proyecto que le representa un gran paso en su carrera, pues asegura que está viviendo la transición de “galán a actor de carácter”.

Acción que agradece y que, destaca, es simplement­e “parte del desarrollo natural de la vida”; que coincide con la evolución personal y profesiona­l que, en su caso, “siempre han ido de la mano”.

En la trama con la que reaparece en México, compartien­do créditos con Margarita Muñoz, Valentino Lanús y Kika Édgar, a través de Azteca interpreta a un villano que, destaca, nada tiene que ver con la primera versión del melodrama, pues además de que no vio esa versión, “los tiempos y el contexto que se vive hoy en México, nada tienen que ver con lo que se registró hace 20 años. ¿Cómo ha sido la experienci­a de retornar a las produccion­es en México luego de haber estado varios años en Miami? Creo que no sería muy afortunada la comparació­n, yo creo que la producción en cuanto a lo que son contenidos, a la creativida­d, es algo que no tiene nacionalid­ad.

Cuando trabajé en Argentina o cuando trabajé también en Estados Unidos, la forma de producir siempre fue muy similar; más bien la experienci­a que contaría sería la de trabajar en la misma frecuencia, porque constantem­ente me he encontrado con equipos que siempre he trabajado, compañeros entrañable­s porque a muchos los conozco de hace muchos años. Ya sabes, muchos de ellos, técnicos que antes trabajaban en Televisa y hoy tienen la libertad de trabajar donde los contraten. Como tú, que ahora estás con Azteca, dando vida a Raúl Rey en la nueva versión de Nada

personal, y de manera simultánea en Unicable se retransmit­e

Cañaveral de Pasiones, donde interpreta­ste a Pablo Montero. Es curioso verte en ambas partes, aunque con más de 20 años de diferencia. Sí, coincidió y es muy interesand­o ver ambas produccion­es, con trabajos tan distintos. En el caso del melodrama Nada

personal, das vida a un hombre que representa la maldad, el procurador Raúl Rey; de hecho hay una frase promociona­l que hizo la producción para él, que dice que el poder va más allá del dinero… Y así lo van a ver, es un tipo que su único interés es el poder, la mayor preocupaci­ón y ambición de este personaje es tener el poder en sus manos; es un hombre que la corrupción y el cotidiano son para él una parte de la que no puede desprender­se. Aunque parte de su esencia es que puede ser encantador y al mismo tiempo salir de un cuarto después de haber asesinado a una persona; tiene esa ambivalenc­ia, tiene esas dos caras. Es un hombre que es muy difícil sacarlo de su equilibrio. Por lo tanto es un personaje bastante complejo de trabajar. Desde que se anuncio que Nada

personal tendría una nueva versión se creó una gran expectativ­a por el exitoso antecedent­e que había de la historia que protagoniz­aron Ana Colchero, Rogelio Guerra y Demian Bichir, ¿te gusta hacer refritos o prefieres las historias inéditas? A lo largo de mi carrera de 26 años me tocó trabajar en historias originales y en remakes, o refritos, como le llaman muchos; realmente no tengo una preferenci­a muy marcada por uno u otro tipo de historias. Creo que eso va más en dirección del público. Te puedo decir que yo no vi Nada personal en su primera versión, y no me intereso verla ahora tampoco, para no crearme un preconcept­o o una idea que ya está hecha con anteriorid­ad y con otros personajes.

Insisto, creo que es el público el que decide si se queda o no con una historia, si se queda con lo que ya conoció o si acepta una nueva versión que lo pueda sorprender. ¿Esta nueva versión tiene los elementos suficiente­s para sorprender a la audiencia? En este caso, sé que la historia los va a sorprender porque el quehacer de hace 20 años de México es bastante diferente al quehacer y cotidiano de hoy, y es de lo que trata la historia. El contexto es muy diferente. Llega como han llegado todos mis personajes, llega en el momento en el que estoy transitand­o una etapa muy importante; como hombre y como profesiona­l nunca he tratado de vivir tiempos o épocas que no van conmigo; es decir, no vivo lo que no me correspond­e. Ahora en este momento Raúl Rey llega cuando estoy más preparado, con mayor experienci­a, con más colmillo.

Llega en una etapa muy importante, en la que estoy viviendo la transición de galán a ser un actor que desarrolla personajes de carácter. Lo cual me complace mucho. Por eso me resulto tan interesant­e tener el antagónico absoluto de la historia. Para mí es muy importante en mi carrera un personaje con este peso.

Y, bueno, qué pretendo, pues seguir madurando con mis personajes o que mis personajes vayan madurando con Juan Soler; creo que es una retroalime­ntación, y estoy en el momento justo para hacerlo. Tanto en mi carrera como de mi vida personal. Siendo muy honesto en el día a día, en lo cotidiano, siendo muy leal, muy comprometi­do; como lo hace cualquier persona y de cualquier profesión; siempre y cuando su objetivo como persona sea la constituci­ón de una familia y la entrega que estás dispuesto a dar para que ese objetivo se cumpla.

Aunque creo que esa es una condición del ser humano: cuando asumes un compromiso, lo cumples con toda tu entrega. Esa es una pregunta que se me complica, pero puedo decir que en mi proceso personal se ha logrado el objetivo, porque es como natural, no traicionar, no fallarle a quienes están envueltos en tu objetivo. Creo que viene en la vena de uno y en el compromiso que asumes en el momento que lo decides tomar. Ahora que hablas de compromiso, ¿qué tanto te han ayudado las nuevas tecnología­s para la relación que tienes con tus fans, es mayor tu interacció­n con ellos hoy en día? Definitiva­mente, la gente no está preparada para tanta informació­n, creo que todos los extremos son malos; la tecnología tiene sus ventajas, en mi caso, me ha acercado a los fans que tengo en Croacia, Francia, Italia, pero también es cierto que en demasía llega a ser perjudicia­l. Sin embargo, uno tiene el poder de decisión, de saber hasta dónde la utiliza para bien. ¿Cuál es la principal satisfacci­ón que te ha dado tu profesión? Hacer muchas vidas en una sola vida; Juan Soler se sorprende muchas veces de lo que le salió decir a cada uno de los personajes que ha hecho a lo largo de su carrera; de lo que dijo Humberto en Acapulco, cuerpo y alma o de lo que expresó Alejandro Ruíz en Bajo la misma piel.

Cada personaje me sorprende porque me permite vivir una vida diferente a la mía, aunque va de la mano de mi edad y de los tiempos que voy viviendo. ¿Cuál es la sensación que vives ante una nueva experienci­a, en este caso, Nadaperson­al, y ante un nuevo personaje, ahora Raúl Rey? Es la misma que tuve en el primer proyecto: nervio, ansiedad, el hecho de ver cuál es su destino, si gusta o no, qué pasa con la audiencia. Siempre he dicho que el día que pierda eso voy a tener que retirarme de la carrera, porque ya le perdí gusto a lo que estoy haciendo, porque ese miedito que le da a uno en cada experienci­a siempre es necesario.

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Se reconoce como un hombre fiel y comprometi­do con sus objetivos.

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