Un caso incómodo para el TSJ-CDMX
Para el magistrado Álvaro Augusto Pérez Juárez, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de México, nombrado apenas el pasado mes de abril, sin duda, una de sus principales tareas es la de crear mecanismos que permitan combatir e identificar la corrupción que se pueda estar dando en la impartición de justicia dentro del Tribunal. A su llegada destaco su “imperiosa necesidad y altísima responsabilidad de juzgar correctamente”, orden que reclama nuestra sociedad la cual, por cierto, ya se encuentra harta de las injusticias que en muchas de las ocasiones son consentidas o practicadas por la misma autoridad.
La visión de la sociedad capitalina no es muy buena para el Poder Judicial de esta demarcación, pues desafortunadamente, no todo el personal del tribunal tiene el mismo principio, sentido de la responsabilidad, honestidad para el desempeño de sus labores aun cuando son los valores que demanda la sociedad, permear estos objetivos no serán fáciles de lograr.
No todos tienen el mismo compromiso. La percepción del ciudadano que acude hacer valer un derecho, se encuentra en primera instancia con abogados poco éticos y profesionales. Personal administrativo que no hace sus funciones sino existe alguna dadiva. Actuario que notifica sin cumplir los requisitos de la entrega de una demanda o simula notificar o no notificar o quien lo hace a veces es regañado o sancionado, o un secretario de acuerdos que carece de nombramiento o en su caso padece de la capacidad para ejercerlo.
Esa falta de profesionalismo e imparcialidad y omisión a la justicia pronta, expedida y gratuita se rompen en casos como el juicio de Ruiz Velasco Reyes Juan Carlos VS Luz Andrea Barón Rodríguez de controversia familiar (expediente: 901/2014). En cuanto que la licenciada Karina Santiago Sánchez se ostentó, de mayo de 2014 a octubre de 2016, como secretaria de acuerdos por ministerio de ley, adscrita al juzgado 18 familiar, careciendo con ello de la fe pública, por no tener el cargo, lo anterior se confirma, con el oficio No. P/DUT/1892/2017, con folio 600000058117 de Transparencia del TSJCDMX.
Karina Santiago, en dicho tiempo, era secretaria proyectista de juzgado de primera instancia como lo indica el oficio de transparencia del TSJ, incurrió en firmar como secretaria de acuerdos “A” en cado uno de los expedientes correspondientes a dicho juicio, en el periodo que precisamente ostenta otro puesto, por lo que en todos los juicios que firmó los acuerdos y dio fe, las audiencias que celebró, firmó y dio fe, las copias que haya firmado, y cualquier otro documento con esa supuesta calidad, lo hacen nulos, porque jamás tuvo fe pública por carecerlo, nulo de pleno derecho. Por lo anterior, quedan expuestos según los testimonios hechos de corrupción en el juicio que se inclina la justicia en favor del mejor postor o el de mayor influencia ¿Cuál será la posición en este tipo de casos del nuevo presidente del TSJ de la CDMX?