La rebelión institucional en el PRI
Apenas está concluyendo el proceso electoral del 2017 y los actores políticos de todos los partidos ya comienzan a prepararse para las elecciones federales y locales que concurrirán el próximo año.
A pesar de los triunfos del PRI, sobre todo lo que significó su apretada victoria en el Estado de México, bastión de priistas, deben tener muy presente, que sin las alianzas permitidas en la ley electoral, es muy probable que hubieran perdido ante Morena, que en su segundo año de vida, peleó por la gubernatura del estado más poblado del país.
Los escándalos de corrupción de ex gobernadores priístas y su detención, no ha abonado a recuperar la credibilidad entre el electorado. La apuesta a su voto duro para ganar futuros procesos electorales parece cada vez más endeble, ya que ha ido disminuyendo su nivel de aceptación electoral, sólo hay que ver la votación que obtuvo hace 6 años Eruviel Ávila y la que este año obtuvo Alfredo del Mazo en el Estado de México.
Si algo había caracterizado al Partido Revolucionario Institucional, era la disciplina de sus bases y sus liderazgos, en la designación de sus candidatos, lo que parece que también está a la baja, ya que las decisiones de su dirigencia eran aceptadas sin mayor problema, lo que parece que será diferente en 2018 ante la competencia electoral que se prevé en todo el país y por la alta participación de los partidos y el número de puestos de representación popular en juego.
Este fin de semana, un grupo de priistas manifestaron su interés por participar en las contiendas de 2018, pero con la consigna de llevar una consulta a la base para la elección del candidato para la presidencia de la República, consideran que las designaciones unilaterales por parte de la dirigencia han afectado los resultados en las últimas elecciones.
Esta demanda es previa a la XXII Asamblea General del PRI a llevarse a cabo en el mes de agosto, donde este grupo es encabezado por la ex gobernadora de Yucatán y ex secretaria general del CEN del PRI, Ivonne Ortega.
Poco le duró el gusto al presidente del PRI, Enrique Ochoa por los apretados triunfos conseguidos en la elección pasada, pues ahora tendrá que librar una batalla más al interior de su partido, donde los militantes le exigen democratizar los procesos de selección y dar mayor apertura y empoderamiento a los militantes y simpatizantes del partido en el poder.
También quienes tendrán que reflexionar su papel en las decisiones del PRI será el grupo hegemónico, a quién va dirigido este mensaje. Lo interesante del planteamiento de democratización de los procesos internos de selección de candidatos del PRI es, a qué grupo representan los firmantes de esta iniciativa y su interés de ser considerados en la toma de decisiones, además de adelantar posturas ante la inminente Asamblea Nacional. Lo que es previsible es que en esta convención nacional se quitarán los “candados” para la postulación de candidatos derivado de las posibles alianzas opositoras que se preparan para enfrentar al PRI en el 2018. El reto de este partido es abrirse a la ciudadanía o perecer víctima de la lucha interna de sus propios grupos de poder, sectores y organizaciones.