Milenio Puebla

Espiarnos los hunos a los otros

- jairo.calixto@milenio.com www.twitter.com/ jairocalix­to JAIRO CALIXTO ALBARRÁN

C reo que tiene razón el viejo pastor paraguayo Juan Mariano Ávalos cuando afirma sin pudores ni atavismos que el juguete de moda en el mundo, el llamado Spinner que da vueltas sobre su propio eje entre los dedos de sus felices poseedores y que según esto sirve para desestresa­r a la banda, es en realidad un instrument­o del diablo para sonsacar almas pudendas. Según la teoría de este aspirante a falso profeta, el asunto es que con el juguete (que viene de la tradición pasajera pero eufórica del Peteca), al momento de hacerlo funcionar para generar la tranquilid­ad deseada, puedes llegar a hacer con las manitas la señal del diablo, la mano rockera con la que Juan Zepeda se entregó a las pasiones tricolores, la misma a la que Gene Simmons quiso ponerle copy right pero se la peló por lángaro al querer ser el Betito Borge de las señas, pues al rato iba a querer cobrar regalías hasta por la Roqueseñal que, afortunada­mente don Roku Villanueva patentó cuando los priistas se torcieron a todos al subir el IVA de 10 a 15 por ciento.

Y puede que este religioso del Cono Sur tenga razón. Hace muy poco comencé a sentirme diabólico mientras usaba el dichoso Spinner. Yo que me quería relajar como cuando platico con los del Cisen que tienen apañado mi teléfono, de pronto sentí la maldad en mi cuerpo y me dieron ganas de ser como Chiflano Aureoles que en Tiripetío primero disparó y luego averiguó (mala onda que el aspirante a góber precioso no siguiera los protocolos de la autoridad federal que ante los

huachicole­ros mejor se da la media vuelta para no molestarlo­s). Luego quise ser del Banxico para poderle subir las tasas de interés a 7% para que los inversioni­stas estén de plácemes y los mexicanos tengan más miedo de que se dispare la inflación a que les disparen en Reynosa, Ecatepec o Kafkapulco.

Lo de espiarnos los hunos a los otros no se me antojó porque está muy choteado. Tanto que hasta Ivonne Ortega dice que la espían los priistas que quieren dedazo y no democracia.

Pero sí se me hizo curioso que justo después de leer esta gustada columna donde me imaginaba al licenciado Peña espiándose a sí mismo, éste declarara que “todos nos sentimos espiados”. Algo que en cualquier momento también van a sucribir Rubí,

LadyWoo y #LordChaque­tas. El que sí debe tener su Spinner a todo lo que da es Donald Trump, además del líder del SNTE, tan así que por culpa de la insegurida­d (¿cuál?), criticó a México como si fuera la hoy ex canciller de Venezuela.

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