El diagnóstico de la ENCIVICA
La reforma constitucional del 10 de febrero de 2014, trasladó la facultad de capacitación al Instituto Nacional Electoral, dejando a los Organismos Públicos Locales en materia electoral las tareas de educación cívica.
Para instrumentar dichas tareas, el INE presentó la Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2022, la cual marca una pauta para la implementación de estrategias para el fortalecimiento de la cultura cívica de todo el país.
Dicha estrategia se sustenta en tres aspectos principales: 1) desarrollar una ciudadanía que se apropie y ejerza de manera responsable sus derechos; 2) que la propia ciudadanía contribuya e incida en la discusión pública; y 3) que se logre crear contextos de exigencia a los poderes públicos, lo cual se traduce en tres ejes: 1) Verdad, 2) Diálogo y 3) Exigencia.
Cabe destacar, que de acuerdo a los propios Consejeros del INE, esta estrategia se denomina de Cultura Cívica y no de Educación Cívica por tratarse de dos conceptos que a pesar de ser similares, presentan diferencias sustanciales.
Por un lado, la educación cívica implica un proceso de aprendizaje que viene de arriba hacia abajo, es decir, existe una persona encargada de la enseñanza, y otras serán las que reciban esos conocimientos, siendo la población un sujeto pasivo.
Por el contrario, el concepto de cultura cívica implica un cambio de raíz, en donde el cambio es de abajo hacia arriba, es decir, la cultura se construye entre todos, ocasionando que no solo seamos sujetos pasivos receptores del conocimiento, sino que seamos sujetos activos que participan en una comunidad.
La ENCIVICA parte de un diagnóstico interesante, el cual muestra que respecto a la confianza interpersonal, el 77% de los mexicanos considera que no se puede confiar en otras personas, es decir, si no confiamos en nosotros mismos, difícilmente podremos confiar en las instituciones.
En su diagnóstico, la ENCIVICA retoma datos del Informe del país, y señala que el 70% de la población considera que los políticos no se preocupan por gente como ellos y el 71% considera que la participación de la ciudadanía no tiene influencia sobre lo que el gobierno hace.
El 53% de los mexicanos considera que la democracia es preferible sobre otra forma de gobierno, sin embargo, el 23% considera que sería mejor un sistema autoritario. Respecto a la democracia, el 19% piensa que es un sistema en el que todos colaboran, sin embargo, en un sentido negativo el 50% piensa que en la democracia muchos participan y pocos ganan.
Respecto a las instituciones, únicamente el 19% de la ciudadanía confía en los partidos políticos, y en el mismo sentido existe una amplia desconfianza en los diputados, la policía y los sindicatos.
En cuanto a medios de comunicación, de acuerdo a las cifras de la propia ENCÍVICA, el 83.4% de la población se informa a través de la televisión, el 32.1% consulta periódicos (impresos o en línea), el 30.1% se entera a través de su familia, el 28.7% a través de Internet, el 28.5% por medio de la radio y el 15.2% por redes sociales.
Sin embargo, a pesar de ser datos de este mismo año, según la AMIPCI, en México, los 70 millones de usuarios de internet han mostrado mayor interés por conocer acerca de los procesos electorales, aumentando el tiempo promedio de navegación en 47 minutos respecto a 2016, por lo que las cifras de la ENCIVICA seguramente serán superadas en un corto periodo de tiempo, ganando un amplio terreno el internet.
El diagnóstico que presenta la ENCIVICA resulta interesante, sin embargo son aún más importantes las estrategias y líneas de acción a desarrollar, las cuales serán analizadas en siguientes columnas.