El PAN en 2018
Para algunos, la pureza ideológica o programática es lo que vale y de allí que no se entienda lo que ahora es común en muchas democracias, las alianzas estratégicas con miras a ganar el poder
El PAN mueve sus piezas para ganar la elección de 2018. Su postura inequívoca hacia las alianzas y el error de soberbia de Andrés Manuel López Obrador hacia el PRD abre la puerta para que el candidato(a) del PAN pueda ser también postulado(a) por el PRD. La decisión no es menor y es un movimiento en el sentido correcto. A pesar de las dificultades mayores que se viven en el PRD, esta alianza puede ser la que prevaleciera. En tales condiciones, un nuevo proceso político habría de enmarcarse por el contenido programático e ideológico de partidos tan diferentes como el PAN y el PRD.
Para algunos, la pureza ideológica o programática es lo que vale y de allí que no se entienda lo que ahora es común en muchas democracias, las alianzas estratégicas con miras a ganar el poder. De hecho, los partidos conforme más se aproximan al poder diluyen su código fundacional y tienden a correrse hacia el centro. Ninguna de las opciones políticas de hoy puede presentar un perfil ideológico más o menos coherente o claro. La lucha contra la corrupción o la violencia, exigencias básicas de la población, no son resueltas a partir de definiciones ideológicas, sino de un voluntarismo que mucho compromete, pero que poco funciona.
Los partidos han perdido membresía leal, como se advierte en las elecciones recientes. Hasta las mismas estructuras territoriales suelen migrar de lealtad, como quedó evidente con el PRI y el PAN en la elección de 2015. El voto diferenciado cada vez se hace más presente; los candidatos también cobran cada día más relieve en la definición de preferencias y la comunicación que conecta con el electorado es mucho más sencilla que las densas plataformas partidarias. En otras palabras, el pragmatismo es lo de ahora, a grado tal que la candidata de Morena en el Estado de México abrazó la causa de los maestros afines a la maestra Gordillo en el afán de acrecentar sus posibilidades de ganar la elección, al igual que el PRI suma ese engendro llamado Antorcha Campesina.
El PRD no está muerto y su base electoral, sin ser amplia, sí ha llegado consolidar presencia y representatividad en ciertas zonas del país. Si López Obrador no ganara la elección presidencial, tendría posibilidades de superar a Morena, que más que partido es un movimiento para llevar al tabasqueño a la Presidencia. Seguramente el saldo de Morena en 2018 le aportará una importante representación parlamentaria a éste y ganará muchos espacios en las elecciones locales como Tabasco y la Ciudad de México. Si el PRD hiciera coalición con el PAN, podría lograr un número relevante de asientos legislativos y triunfos en varias de las 30 elecciones locales concurrentes.
Las alianzas estarán presentes. El PRI con el PVEM, PES y Nueva Alianza. Morena con el PT. El PAN podría sumar al PRD y quizás al Movimiento Ciudadano, este partido tiene buenas perspectivas de ganar la gubernatura en Jalisco con Enrique Alfaro.
El PAN deberá resolver con apremio la El pragmatismo es lo de ahora, a grado tal que la candidata de Morena en el Estado de México abrazó la causa de los maestros afines a la maestra Gordillo candidatura presidencial. López Obrador lleva años en campaña y eso le ha favorecido y no pocos suscriben la falsa impresión de una candidatura incontenible. La realidad es que los meses pasados ha mostrado que sus debilidades se han agravado; su intolerancia y paranoia le hace confundir a todos los que le cuestionan como enemigos y como parte de su llamada mafia del poder. Por soberbia perdió el PRD y se confrontó con los medios. Su propuesta de revertir las reformas es regresiva y los repetidos casos de financiamiento ilegal de su partido ponen en entredicho el estándar moral autoimpuesto.
Las opciones para la candidatura del PAN están a la vista: Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle. Si existe voluntad en los tres no será difícil determinar el mecanismo, tiempos y método para definir al candidato o candidata. Cierto es que por ahora promover la anulación de las elecciones en Coahuila debe ser la prioridad, no tanto por la relevancia de dicha elección, sino por el precedente de lo que significa. Dejar impune una afrenta de tal tamaño es el peor precedente para la elección de 2018. Para el PAN, el desenlace de Coahuila debe ser definitorio de la relación con el gobierno y de la agenda en el Congreso.
Lograr la definición de candidato antes de septiembre deberá ser el objetivo. El PAN, como ningún otro partido, tiene experiencia y capacidad para resolver la competencia interna. Además, ha sumado un número significativo de gobiernos estatales, lo que le permite ampliar el apoyo territorial en las negociaciones para construir una coalición y, en su momento, quién deberá representarlo en la elección presidencial.