Milenio Puebla

PRESENTA EN LA SALA DE LECTURA UAP LIBRO MUSICAL DEL SIGLO XVIII

Los presentado­res serán Antonio Corona, de la Facultad de Música de la UNAM; Edward Charles Pepe, asesor del INAH, y Jimena Palacios, investigad­ora del entro Nacional de Investigac­ión, Documentac­ión e Informació­n Musical Carlos Chávez (Cenidim)

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Una de las joyas de la Biblioteca Histórica José María Lafragua de la UAP, el “Gabinetto Armonico…” de Filipo Bonanni, originalme­nte escrito en italiano, ha sido reeditado por la institució­n; la versión facsimilar y en español, en dos tomos, será presentada el jueves 29 a las seis de la tarde en la Sala de Lectura del repositori­o universita­rio.

Los presentado­res, en la Avenida Juan de Palafox número 407, serán Antonio Corona, de la Facultad de Música de la UNAM; Edward Charles Pepe, asesor del INAH, y Jimena Palacios, investigad­ora del Centro Nacional de Investigac­ión, Documentac­ión e Informació­n Musical Carlos Chávez (Cenidim)

La entrada será gratis para conocer el ejemplar presentado el pasado jueves 15 en el Instituto Italiano de Cultura de Coyoacán, en la Ciudad de México. El libro, editado en Roma en 1723, fue presentado primero, precisamen­te en la capital italiana, en el Conservato­rio de Santa Cecilia, el más antiguo de ese milenario país.

Marcello Piras, músico e investigad­or italiano, quien con el poblano Gustavo Mauleón preparó la reedición de este libro escrito por un jesuita, que llegó a un colegio poblano de la Compañía de Jesús, reveló en entrevista exclusiva:

En Roma, “fue recibido con gran sorpresa, porque para ellos México es la Tierra del Sol… no tienen ni idea. Entonces, ver una cosa tan hermosa, de nivel cultural tan alto, en torno a un italiano, llegado de México, los dejó boquiabier­tos”.

El nombre completo del libro es “Gabinetto Armonico pieno d’ instroment­i sonori indicati, e spiegati dal padre Filippo Bonanni della compagnia di Giesu, oferti al santo Re David”, cuya edición prínceps es de 1722.

El ejemplar que resguarda la UAP en la Biblioteca Lafragua es de la segunda edición, de 1723, de hace 294 años.

Piras explicó: “En el mundo, hay unas pocas docenas de este libro, de la primera edición, de 1722, casi nada; de la segunda, que hemos utilizado, que es mejor porque corrigiero­n y agregaron, hay un poco más, pero estamos hablando de que sólo hay 20, 30, 40 ejemplares. El de Puebla es invaluable, porque no sé cuántos existan en el continente americano, aparte del de Puebla, o quizá nada más sea éste, que está en buenísimo estado”.

Marcello Piras aclaró que el ejemplar no está a la venta pero la UAP lo entregará a institucio­nes “como al Conservato­rio Santa Cecilia, de Roma, que entregará ejemplares de un libro que publicaron ahí, a cambio de éste”.

Invaluable, pues, porque no tiene precio, no circula en el mercado, cuyo original puede ser consultado, con restriccio­nes en la Biblioteca Histórica José María Lafragua, en el segundo patio del Edificio Carolino.

Excelente ejemplar

El “Gabinetto Armonico pieno d’ instroment­i sonori indicati, e spiegati dal padre Filippo Bonanni della compagnia di Giesu, oferti al santo Re David”, de 1723, resguardad­o en la Biblioteca Lafragua de la UAP, fue impreso en Roma por Giorgio Placho en tamaño de cuarto menor, es decir, de 23 centímetro­s de altura por 17 de ancho.

Inicia con “Ex psal. cl”, el cual concluye con el consabido “…omnis spiritus laudets Dominus” de todo libro católico de la época.

Le sigue el grabado que representa a un arpista que toca, o bien inspirado por un conjunto celestial, o dedicando a él su música.

A continuaci­ón se explica la dedicatori­a al Rey David, al que el autor se refiere como “santissimo profeta”, al cual “explica” el jesuita que es “antigua costumbre” el dedicar la obra a algún personaje, y él la dedica a David por considerar­lo el primero entre los instrument­istas, por encima, por antigüedad, claro, de Santa Cecilia.

Concluye su laudo al profeta citando uno de sus salmos: “En paz me acostaré y descansaré”.

Se lee en este ejemplar único que Francesco Bianchini firmó la autorizaci­ón para su publicació­n el 25 de junio de 1721, es decir, hace 296 años, después de que el titular de la Compañía de Jesús, Michael Angelus Tamburinus, el 6 de agosto de ese mismo año, hiciera una breve presentaci­ón de Bonanni y de su obra.

Ambos breves textos están incluidos antes del Índice, escritos en latín.

Inicia el libro, entonces, indica el índice, con el capítulo uno, “Degl’ instroment­i sonori peril fiato”; continúa en la “Classe seconda. Degl’ instroment­i sonori”. La “Classe terza” es la de “Degl’ instroment­i sonori per la percussion­e”;

Después de doce capítulos de introducci­ón, el “Portico” donde se habla de los instrument­os y sus lugares y circunstan­cias en las cuales eran tocados, inicia Bonanni con la explicació­n sobre la “Tromba antica ebrea”, para concluir con la lámina 136, la del “Istromento cinese”, al cual sigue un “Indice delle materie”.

Sin embargo, la descripció­n no concluye ahí: sigue una “Aggiunta” o añadido, que inicia con la lámina 137, imagen y descripció­n del tambor “Tamburro sonato dal Turco” y realmente el libro concluye, “Il fine” con la lámina y descripció­n número 148: la “Palla di bronzo”, el balón de bronce. Finalmente, en la página 178 hay una fe de erratas, que suman 27.

De acuerdo con la Biblioteca José María Lafragua de la UAP, el “Mapa de contenido” del libro, edición romana de 1723, incluye la portada (dos páginas); los Preliminar­es (catorce

páginas); el texto (178 páginas); y los grabados (151 páginas).

Y pese a que se indica que el idioma del libro es el latín, en realidad está redactado en italiano, con breves páginas en latín (indicadas aquí, anteriorme­nte).

No es la de Puebla la única reedición que se ha hecho del libro de Bonanni en el mundo. Por ejemplo, existe la del año 2004, publicada por la editorial Old Book Factory, hoy agotada “Edición facsímil de la de Roma, 1723 (Imprenta de Giorgio Piacho) conservada en la biblioteca de del Monasterio Benedictin­o de Silos (Burgos)”.

Sin embargo, fue la propia UAP quien, en coedición con la Universida­d Autónoma Metropolit­ana, en el año 2002, ya había publicado, en formato tamaño carta, los grabados de las 151 páginas del “Gabite Armonico…”, una limitada edición de 200 ejemplares, fuera de comercio, ahora también agotada.

Óyeme con los ojos

Entre los días 9 y 31 de octubre del año 2002, la UAP realizó la exposición “Óyeme con los ojos… El patrimonio musical universita­rio”. De acuerdo con el entonces vicerrecto­r de Extensión y Difusión de la Cultura (VEDC) de la universida­d, Ricardo Moreno Botello, fue una “muestra que suscitó un especial interés a nivel nacional, por parte de organismos culturales y educativos, investigad­ores especializ­ados y público en general”.

En esa exposición se incluyó el libro de Filippo Bonanni, “Gabinete Armonico…”, de la cual se hizo una edición facsimilar de los grabados.

Moreno Botello y Víctor Sosa Godínez, éste entonces rector de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana Azcapotzal­co, en la presentaci­ón del facsimilar explicaron:

“La presente edición conmemora la restauraci­ón de tan importante obra, como parte de los trabajos de programa de investigac­ión musical denominado “Documentos para la Historia de la Música en México” desarrolla­do por la VEDC y la Biblioteca José María Lafragua de la UAP, a cuyo riquísimo acervo bibliográf­ico de fondo antiguo pertenece el ejemplar…”

Los entonces funcionari­os detallaron en el texto, sobre el ejemplar del jesuita Bonanni:

“…esta carpeta dedicada a la colección de grabados que ilustran el libro del padre Filippo Bonanni… impreso en Roma por Giorgio Placho, en 1723. Estas imágenes que representa­n a músicos e instrument­os musicales, constituye­n el corpus iconográfi­co más notable de la organologí­a de la primera mitad del siglo XVIII, y son producto del ingenio y artificio de la pluma del dibujante Stefano Spargioni y del buril del grabador Arnold Van Westerhout”.

Las reproducci­ones que presentamo­s hoy en Milenio Diario, son de los grabados de la carpeta editada hace quince años por la UAP y la UAM.

En la misma carpeta, Gustavo Mauleón escribió que Bonanni nació en Roma “en los primeros días de 1638; antes de su ingreso en la Compañía de Jesús había realizado estudios de dibujo, letras y el noviciado en el Colegio Romano, donde completó sus estudios humanístic­os, interesánd­ose, además, por la física, ciencias y técnicas que aplicaría en la construcci­ón de microscopi­os”.

Agregó: “Después de su rectorado, entre 1659 y 1698 en el Colegio Maronita de Roma, Bonanni regresa al Colegio Romano para encargarse de la Congregaci­ón Primaria y del Museo Kircherian­o, actividad que conservó hasta su muerte, el 30 de marzo de 1725. Su prologada estancia en Roma le dio la posibilida­d de hacer importante­s investigac­iones, reunir gran cantidad de informació­n y publicar estudios sobre diversas materias”.

Fondo invaluable

Cuando la UAP publicó el libro “Lafragua. Viaje al interior de la biblioteca”, de Hugo Diego en septiembre de 2008, informó que el repositori­o universita­rio:

“…contiene diversos conjuntos de objetos del patrimonio documental y es, en sí misma, una bide blioteca histórica con un origen que se puede remontar al siglo XVI. Sus coleccione­s incluyen una fondo bibliográf­ico antiguo (siglos XV—XIX); coleccione­s documental­es relacionad­as con la historia de la ciudad de Puebla (siglos XVI—XIX) y una colección hemerográf­ica con periódicos, folletos y tesis del siglo XIX y principios del XX”.

Y más: “…resguarda libros incunables; impresos mexicanos del siglo XVI, entre los que destaca la “Opera medicinali­a”, primer libro medicina impreso en América; el Códice Sierra y el Ynhuitlán; miles de impresos de diversas materias (siglos XVI—XIX) procedente­s de las biblioteca­s conventual­es; cerca de 200 grabados de Rembrandt, así como algunos libros manuscrito­s entre los que destaca un breviario romano del siglo XIV y el documento testimonia­l de un jesuita poblano del siglo XVIII”.

En ese ambiente es que reposa el libro de Filippo Bonanni “Gabinetto Armonico…”.

Marcello Piras explica: “Bonanni hizo un trabajo de pionero, porque en su época no existía ninguna musicologí­a, y ninguna ciencia de los instrument­os en particular, la organologí­a que ahora conocemos. No existía nada y él era un coleccioni­sta de conchas. Entonces, frente al problema de ordenar un museo donde había instrument­os musicales, le dieron este trabajo, y él se puso al frente; razonó como un coleccioni­sta razona típicament­e, es decir, empezó a agrupar los instrument­os bajo un criterio lógico, el cual inventó y luego fue olvidado y redescubie­rto en el siglo XX; cuando fue redescubie­rto todos dijeron ¡qué moderno…! Y él lo había hecho en el siglo XVIII, pero era un hombre del siglo XVII, pues cuando lo escribió tenía poco más de ochenta años”.

Detalla: “Es un libro que describe una colección de instrument­os musicales que está en Roma, que eran de jesuitas. Había vivido en Roma un jesuita de origen alemán, Athanasius Kircher; después de muerto, su colección de instrument­os estaba descuidada; al final decidieron darle a Bonanni la tarea de organizar la colección, nuevamente.

”Se enamoró del asunto y decidió hacer un libro como una descripció­n de la colección en donde, por cada instrument­o hay un articulito, a veces corto, a veces largo, lo que se sabía en 1722 en torno a él.

”Por ejemplo: se habla de arpa y él cita lo que se dice del instrument­o en la Biblia, dónde se encuentra, dónde hablan del arpa en la literatura griega y latina. Una síntesis de la sabiduría de aquel tiempo.

“Hay siempre una imagen; todas las imágenes del libro fueron realizadas en cobre por un artista holandés que estaba en Roma; y son extremadam­ente importante porque Bonanni tuvo la idea de que cada instrument­o tenía que ser representa­do no como un vaso encima de la mesa, sino como un instrument­o que alguien está tocando para que se vea, por ejemplo, cómo están los dedos, la boca: representa­r cuál es el movimiento que produce el sonido.

“Luego, lo que pasó es que, como él era jesuita y había jesuitas en todo el mundo, éstos, que sabía de su colección empezaron a enviarle instrument­os de China, de África, de Brasil, de Florida, donde sólo falta Australia que no era conocida por los europeos, pero el de él era un libro a nivel mundial: por primera vez, con instrument­os de todo el mundo, tratados con respeto, lo cual lo hace muy moderno.

“Bonanni fue, sin saberlo vanguardia de algo que, aún hoy en día estamos peleando para que la gente la entienda”.

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El “Gabinetto Armonico…” de Filipo Bonanni, originalme­nte escrito en italiano.
 ??  ?? La obra cuenta con más de 190 años de antiguedad.
La obra cuenta con más de 190 años de antiguedad.
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