Dayana llega a 15 años con 90 kilos menos
Hace unos meses fue considerada la menor más obesa del mundo; este fin de semana cumplió su sueño de celebrar como en “un cuento de hadas”
Dayana Camacho cumplió su sueño de festejar, como en un cuento de hadas, sus 15 años en grande al ritmo de tamboras y trompetas de la típica banda sinaloense.
La menor —quien hace unos meses era considerada la niña más obesa del mundo, y que tras un tratamiento médico bajó de peso— tuvo un vestido estilo francés color coral, dividido en dos piezas: el corset adornado con diversas piedras, el cual brillaba al igual que sus zapatos dorados y su diadema, además de una falda amplia y larga.
Muy temprano su familia se dedicó a adornar la avenida de El Colorado, en Guasave, Sinaloa, con flores hechas de papel en tonos coral, blanco y gris, mientras los hombres colocaron mesas, sillas y limpiaron la carreta con la que Dayana haría la entrada a su casa.
No era una fiesta de 15 años tradicional. La protagonista llamó la atención internacional debido a que hasta el año pasado era considerada la niña más obesa del mundo, con alrededor de 200 kilos, pero se sometió a un bypassgástrico que la hizo bajar alrededor 90 kilos en nueve meses.
Aún cuando le falta perder alrededor de 30 kilos, Dayana se convirtió en otra, por primera vez se sintió hermosa. Sepultó a la niña que, antes de la cirugía, comía compulsivamente, que permanecía encerrada por el bullying de sus compañeros, que vivía enojada y deseaba morir porque su peso le impedía caminar 20 pasos sin sentir dolor, así como cansancio extremo.
En el centro del pueblo las campanas repicaron y el padre de la antigua Parroquia de San Antonio de Pauda, José Miguel Sánchez, recibió a la adolescente junto con sus padres, doña Ramona y el señor Abelardo, quien portaba su clásico sombrero.
Como en cualquier fiesta, no faltaron los contratiempos: en este caso no llegaron a tiempo los padrinos, por lo que la festejada ingresó con sus damas de compañía, familiares y amigos.
En el sermón le regalaron una Biblia, una imagen de la virgen y un anillo de oro —según lo marca la tradición de Sinaloa—, como símbolo de que inició su etapa de madurez. Dayana ofreció su ramo de flores a la virgen y, para cerrar, le cantaron a todo pulmón las clásicas “Mañanitas”. “Es un cuento de hadas; yo le digo a quienes sufren de obesidad que sí se puede”, dijo la adolescente emocionada y ruborizada porque todos la miraban al dar la entrevista a MILENIO. “Se acabó la pesadilla”, relató su madre entre lágrimas: “Ahora ya retomó sus estudios y espero siga para adelante”.
Luego del festejo religioso, Dayana fue sorprendida con “Las Mañanitas” tocadas por la Banda Versátil 687, que tocaron con ganas la tarola, tambores, clarinetes, trompeta, trombones, tubos y el gran trombón. Todo el sabor del ritmo sinaloense.
Su padre, en medio de la calle, comenzó a bailar con Dayana con la música de la banda que interpretaba “La burrita”. Su mirada era de orgullo y de felicidad al “A los que padecen el problema de obesidad puedo decirles que es posible vencerlo” tener a su hija viva, feliz y sana.
Con sus familiares se trasladó a su casa. Una carreta la esperaba y la llevó hacia ese terreno sin cemento que se convirtió en el palacio donde la adolescente fue recibida con aplausos, abrazos y con admiración por la lucha que ha emprendido contra la obesidad.
La siguieron de cerca varios hombres montados a caballo para escoltar y guiar a la joven, como una forma de respeto y de festejo de los 15 años, como lo hacen en Sinaloa.
En ese terreno Dayana bailó el tradicional vals “Alejandra”, del músico mazatleco Enrique Mora Andrade, con su chambelán y primo, con su padrino —ambos de nombre Leonardo— y con su papá Abelardo, todos Camacho. También se sumaron al baile de compases suaves vecinos y amigos.
Más tarde la comida comenzó a correr entre las mesas: sirvieron barbacoa al estilo sinaloense, carne de puerco con verdura, principalmente papas, sopa fría, ensalada, agua y refresco.
La banda sinaloense toco hasta pasada de la medianoche y todos brindaron a su estilo por Dayana.