INE y partidos son “incapaces de garantizar transparencia”
La Arquidiócesis de México se sumó a la iniciativa que analiza El Vaticano de excomulgar a políticos corruptos, por los “desvíos de recursos” en los estados y la “rapacidad” de gobernadores que “encarnan ese delito”. El editorial “Excomunión a corruptos”, del semanario Desde lafe, recuerda que se dieron a conocer los resultados de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre la “malversación de recursos federales otorgados a los estados, casi 98.2 mil millones de pesos que deberían haber sido aplicados al desarrollo, infraestructura, deuda pública, seguridad social o provisiones salariales entre 2013 y 2015”.
Según la ASF, cinco entidades (Veracruz, Michoacán, Estado de México, Jalisco y Oaxaca) concentran 56 por ciento de los recursos desviados, mismas que destacan por los altos índices de marginación, pobreza, inseguridad, criminalidad, femicidios y desigualdad”.
Para la Iglesia, “la conducta de gobernadores y funcionarios imputados en la comisión de esos delitos pisotea la dignidad de los ciudadanos, aniquilando mejores condiciones para su futuro”.
Mientras se acerca el proceso electoral de 2018, los ciudadanos manifiestan una “desconfianza creciente hacía un sistema de partidos en irrefrenable caída y descomposición, que al fi nal se niegan a responder por las atrocidades cometidas por sus gobernadores que, al amañado de sus partidos, devastaron las economías de los estados del país”.
Por ello, “con justificada razón la sociedad pide que los partidos respondan como terceros responsables del desfalco de las arcas por parte de estos delincuentes. “Lo más justo y lo mínimo sería la cancelación del registro de los partidos cómplices y la obligación legal de reparar los daños causados, que siguen impidiendo el desarrollo y el bien común”.
Cuando se discutió y aprobó la reforma político-electoral, las fracciones parlamentarias propusieron ambiciosos lineamientos de blindaje, a fin de proteger las candidaturas e impedir que el crimen organizado se hiciera de las riendas del poder, evitando que los cárteles tomaran el control absoluto, como Michoacán, donde prácticamente la corrupción e impunidad patrocinó narcocandidaturas; sin embargo, resultó que el enemigo estaba en casa. Los partidos no se blindaron de las ambiciones corruptoras y desmedidas de gobernadores, cuyas administraciones dan evidencia contundente del nivel de degradación absoluta.
La Iglesia considera que “ni el INE ni los partidos han sido capaces de garantizar los mínimos elementales de transparencia y honorabilidad.