Respeto a los DH de migrantes, pendiente en renegociación del TLC
La presidencia de México, a través de la Secretaría de Economía (SE), abrió consultas públicas sobre la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), proceso que durará un mes y que será a través de internet.
Todo ciudadano mexicano podrá hacer sus comentarios sobre el nuevo acuerdo en el sitio que operará entre el 26 de junio y el 26 de julio de 2017. En tanto, el gobierno que encabeza el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pondrá en marcha esta semana las primeras audiencias públicas para recabar propuestas de las partes interesadas sobre los objetivos del TLCAN con México y Canadá.
Las rondas de negociación del TLCAN podrían empezar el 16 de agosto de este mismo año, aunque la fecha podría ser posterior. Hasta ahora, los reflectores se enfocan en los temas comerciales cuando en el fondo, el respeto a los derechos humanos deberían ser la base de las negociaciones.
Un acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá debe comenzar con las personas, con los seres humanos, y el respeto a su derecho a contar con una mejor vida.
Los migrantes ya no pueden ser tratados como objetos de cambio, como mercancías o como partes de un engranaje para mejorar producción y obtener ganancias en los diferentes sectores.
En el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la migración, el intercambio cultural, los desplazamientos de personas y personas en tránsito, deberían ser el eje de las negociaciones para que una vez que se garanticen los derechos de las personas, se puedan abordar los temas económicos.
La cancelación del muro entre México y Estados Unidos debería ser una prioridad en las negociaciones. México no debería comenzar ningún acercamiento para renegociar el TLCAN hasta que Estados Unidos garantice un trato digno y el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
La semana pasada, el Departamento de Justicia de Estados Unidos respaldó la decisión de Texas de implementar una ley para obligar a las autoridades locales a cooperar con las autoridades migratorias, en otras palabras, se busca terminar con la política de “ciudades santuario” que brindan apoyo a quienes llegan con el objetivo de mejorar su nivel de vida.
El gobierno de México tiene en sus manos la posibilidad de cambiar la historia en la renegociación del TLC y solo el futuro dirá si fue a favor o no de los derechos humanos de las personas de tres naciones.