Primera vez a los 21 años
El Issste diseñó la segunda pieza mandibular del mundo, que permite a la paciente comer hasta chicharrón; su alimento siempre fueron las papillas
uego de 18 años de someterse a diversas orejas en la base de cráneo y por el cuello para llegar a la mandíbula”, explicó la especialista.
El proceso requirió precisión milimétrica para fijar con tornillos la mandíbula y conectarla al cráneo; con ello se evitó lesionar el cerebro y el sistema nervioso.
Este tipo de cirugía de mandíbula integral, que tuvo un costo de 2 millones de pesos —sin considerar todo el tratamiento a lo largo de 18 años, que supera 5 millones de pesos— solo la realiza el Issste. Es la segunda, pues hace dos años se hizo con un varón. “En el mundo no hay reportes, por lo menos en la literatura médica, de prótesis totales. Se hace del lado izquierdo o del lado derecho, pero completas somos los únicos en el mundo”, aseveró Pacheco tras indicar que la pieza tiene una duración de 20 años.
En la conferencia de prensa se encontraba Itzel Pérez Mendieta, quien recordó que desde los tres hasta los 21 años se ha sometido a 10 procedimientos quirúrgicos de alta complejidad.
Con la prótesis “acabaron años de sufrimiento por cirugías difíciles y tratamientos dolorosos; me toco mi cara y se siente bonito, ya no está la mandíbula incompleta; puedo masticar, morder, sonreír, juntar los dientes, abrir y cerrar la boca y eso me hace sentir bien conmigo misma, porque no lo podía hacer cuando era chiquita. Ahora puedo comer manzana y elote, chicharon, carne, todo lo que quiera”.
Debido a lo reducido del hueco bucal, por más de 20 años Itzel solo tragó papillas y en ese lapso no tuvo la oportunidad de saborear cada alimento. “Esta es la primera vez que reconozco el sabor de la carne”, comentó la joven, quien desea culminar sus estudios de odontóloga y aprender la especialización maxilofacial para ayudar a otras personas.