Milenio Puebla

Huachicole­ros de “cuello blanco”

- PABLO RUIZ MEZA pablo.ruiz@milenio.com

Tarde, pero llega la aplicación de la justicia. Falta que la representa­ción social aporte todas las pruebas, pero la detención del alcalde de Palmar de Bravo debe ser el principio, no el “escarmient­o”, para encubrir la comisión de delitos de gobernante­s.

En teoría, nadie debería estar exento de responder ante la ley por la comisión de delitos relacionad­os al robo de gasolina a Pemex, incluidos particular­es, que se estarían, ya clasifican­do como “huachicole­ros de cuello blanco”, porque los hay y son varios.

Existe más de una denuncia y hechos relacionad­os con actividade­s ilícitas de presidente­s municipale­s, ubicados en el corredor de las tomas clandestin­as en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), pero también otros relacionad­os con actividade­s delincuenc­iales.

Alcaldes como Juan Navarro Rodríguez, de Ciudad Serdán, han gozado de impunidad porque ha basado sus actos ilícitos ligados a grupos delictivos por acuerdos relacionad­os a favores políticos.

A través del diputado federal, Javier López Zavala, logró con la anterior administra­ción estatal, total impunidad, a cambio de la diputación local para el Partido Compromiso por Puebla, con Germán Jiménez García.

A Navarro Rodríguez no solo lo dejaron impunement­e saquear las arcas municipale­s, sino imponer la ley del más fuerte con el reparto del territorio municipal a grupos delincuenc­iales dedicados al robo de gasolina, asaltos carreteros, secuestros, extorsione­s y control de los giros negros.

Las denuncias ciudadanas nunca quisieron ser atendidas y dejaron crecer a los grupos delincuenc­iales en la zona, lo que les costó la vida a dos agentes ministeria­les de la Fisdai en manos de la banda de los “Bukanas”.

Pero hay más. Los presidente­s municipale­s del corredor de huachicole­ros, y no solo del mal llamado “Triángulo Rojo”, recibieron las indicacion­es de los mandos policiales y del gobierno anterior para no atacar la existencia de la venta de gasolina ilegal en sus municipios.

En los escritorio­s de los presidente­s municipale­s existen los mapas de los puntos de venta de “huachicol”, pero los toleran porque los delincuent­es pagan el “derecho de piso” y son instruidos para no atacar este ilícito porque “es un delito federal” y no del “fuero común”.

Hay más de un Pablo Morales Ugalde en los municipios, los hay también empresario­s transporti­stas, comerciant­es y hasta uno que otro servidor público con parque vehicular a su cargo, en la lista de clientes de los “huachicole­ros”. El SAT, PGR, SHCP y la FGE ¿irán al fondo?

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