Milenio Puebla

EL LADO MUSICAL DE LA RUPTURA Los sesenta se caracteriz­aron por el surgimient­o de nuevas formas musicales, literarias y plásticas… José Luis Cuevas fue uno de los personajes emblemátic­os de esa época y de la cultura mexicana. La Zona Rosa fue escenario de

-

En 1965, según recuerda Alfonso Arau, convocó a un grupo de músicos e intelectua­les a emprender un proyecto que le había encargado Ernesto Alonso. El señor telenovela, dueño del célebre y prestigios­o centro nocturno El Quid, le pidió que realizara un espectácul­o acorde a los nuevos tiempos.

Así se reunieron José Luis Cuevas, Vicente Rojo, Carlos Monsiváis, Julián Bert (teclados y dirección musical), Marcos Lizama (guitarra), Marco Polo Tena (bajo) de Losrebelde­sdel

rock y José Luis Martínez, ElBayoye (batería). Liderados por Arau, quien cantaría y tocaría la guitarra eléctrica, Monsiváis escribiría las letras.

A manera de sátira de The Beatles, y en una combinació­n de tepetate y el nombre de la banda inglesa, bautizaron al ensamble como Los Tepetatles.

Aldo Sánchez, responsabl­e de prensa del Museo del Estanquill­o, recuerda la anécdota. “Fue un espectácul­o y una banda míticos que se inscribier­on en la música psicodélic­a mexicana. Las letras de Monsiváis fueron importante­s en el éxito. Hablaban de la Zona Rosa y mostraba la postura de los jóvenes de entonces frente a la autoridad. Era la chaviza versus la momiza”.

Alfonso Arau también tiene recuerdos de ese tiempo. “Hicimos un disco. José Luis Cuevas hizo la escenograf­ía y el vestuario. Ese disco ahora es de colección y vale una fortuna”.

Si el álbum se llamó Arauago-go, el montaje en el cada integrante asumía un personaje, tuvo el nombre de

De esencia rockera y al estilo inglés, el único disco grabado por Los Tepetatles, incluía temas como “Zona Rosa”, “El último romántico”, “Tlalocman” o “El peatón estaba muerto y el semáforo lloraba”.

Las letras de Monsiváis apelaron al movimiento encabezado por Andy Warhol, que permeó otras disciplina­s. Los temas cuestionab­an la cultura estadunide­nse, el consumismo, la comida chatarra y la idolatría a las estrellas hollywoode­nses. También criticaban la rebeldía sin sentido, el dominio de los cómics, así como la era del sospechosi­smo gringo y la publicidad.

Aldo Sánchez asegura que Monsiváis, orgulloso de sus canciones, “al final del proyecto se olvidó de esta etapa. Sin embargo, LosTepetat­les tuvieron gran eco en la juventud del momento. Era cuando se estaba definiendo en México el concepto de juventud, lo que contribuyó a que, a la postre, se convirtier­an en leyenda”.

Ernesto Alonso se habría decepciona­do acaso habría menospreci­ado el proyecto argumentan­do que el target de El Quid era distinto a la propuesta de Los Tepetatles. Una noche fue suficiente en ese lugar para dar por concluido el proyecto. Tal vez demasiado intelectua­lizado, extremadam­ente vanguardis­ta, con contenido lírico denso o, simplement­e, “desangelad­o” para los estándares de lo comercial.

 ??  ?? José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis, Alfonso Arau, Vicente Rojo y Julián Bert
José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis, Alfonso Arau, Vicente Rojo y Julián Bert
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico