BÁEZ, 20 AÑOS DE CANTO CALLEJERO
Hace el “bien común”; artistas no pagarán por licencia: Imacp
“Apuesto por la dignidad y la defensa del espacio”, aseguró Julián Báez Rosas “(Busco ) Defender mi trabajo. Lo he hecho por 20 años y no pienso dejar de hacerlo”
Yo estoy a favor del bien común”, aseguró Julián Báez Rosas, músico que ha trabajado por dos décadas en la calle. Canta, toca la armónica y pide dinero sentado en una silla de ruedas en el Pasaje del ayuntamiento.
Lo anterior, luego de que el pasado 9 de junio surgiera la controversia respecto a la reforma del Código Reglamentario Municipal (Coremun), entre las cuales, se norma la actividad de los artistas urbanos mediante la aprobación de un comité de evaluación, por lo que se habría solicitado el pago de 37 pesos por concepto de licencia.
“Mi postura es trabajar, trascender estudiar, ser mejor; la lucha es diaria, lo he hecho por 20 años y desde entonces las leyes me la pelan: apuesto por la dignidad y la defensa del espacio, siempre pensando en el bien común”, señaló en entrevista.
Julián Báez Rosas explicó, respecto a la regulación del trabajo de artistas urbanos en las calles: “Sé lo que saben todos: que se delimitaran 12 lugares para que puedas ejercer tu actividad, que te tendrás que empadronar. Hice un par de notas periodísticas y me aventé todas las noticias, desde ‘La Jornada Manatí’, un blog independiente, hasta varios medios más para informarme sobre qué está pasando”.
De regreso a trabajar en el Pasaje del ayuntamiento, el músico urbano detalló: “No se había hecho oficial y, pues mira, ya enterado, opté por trabajar porque pienso que la lucha es diaria, hay que dialogar, proponer. He acompañado a la verdadera banda que he visto rifársela por mucho tiempo en la calle y no colgarme de anarquías absurdas, ni tomar oportunismos de ocasión. Eso de descalificar a las instituciones y promover amparos, que lo único que traen el divisionismo artístico, no lo apoyo”.
Aceptó: “Pues sí, muy pocos compañeros saben que pasa alrededor; esto tiene trasfondos políticos y es notable que la banda es efervescente, pero además, dividida, caótica y desinformada; por un lado están los que si quieren pagar, por el otro los que se agandallan y se sienten dueños absolutos; y los que queremos trabajar. Defender mi trabajo, trabajando, carnal lo he hecho por poco menos de 20 años y no pienso dejar de hacerlo, pero sin protagonismos y pensando en los demás”.
Por último, en referencia a la “Carta de El Pingüino”, Julián Báez Rosas la calificó como “supuestamente” a favor de los artistas urbanos: “Es tendenciosa, oportunista; lo conozco, lo he visto y, a pesar de su trabajo si lo noto disperso, ególatra e individualista al decir: ‘Yo soy la calle’; creo que se llama Miguel, se disfraza de El Hombre de Talavera”.