Estados Unidos, un objetivo de vida para migrantes
Afinales del siglo pasado, en la década de los noventa, se dio un cambio total en el patrón migratorio. Los individuos y familias ya no eran refugiados huyendo de conflictos nacionales. De alguna manera, los migrantes se convirtieron en personas que buscaban mejores condiciones de vida y laborales que les permitieran cubrir, de mejor manera, sus necesidades básicas.
Estados Unidos apareció como la tierra de los sueños y las oportunidades, como un lugar en el que se podía trabajar para obtener dólares y enviarlos a sus familiares, como un espacio en el que se podría ahorrar para luego regresar a casa.
Para Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras y para habitantes de diferentes zonas de México y del estado de Puebla, en especial, la Sierra Mixteca, el paso hacia Estados Unidos se vuelve una esperanza.
A fines de los ochenta se terminaron los conflictos armados en Centroamérica y poco a poco fue recuperándose la estabilidad política antes perdida. Fue en la década de los noventa cuando se dio un cambio total en el patrón migratorio en el centro y norte del continente Americano.
Datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), revelan que desde enero de 1990 hasta enero del año 2000, la población indocumentada de los distintos países de origen residente en los Estados Unidos aumentó de 3.5 millones a 7 millones de personas.
Después de México, y dejando un lugar a Colombia, los países centroamericanos de El Salvador, Guatemala, y Honduras, ocupan los primeros lugares en mayor número de residentes indocumentados en Estados Unidos.
Los mexicanos formaron el grupo con mayor cantidad de residentes ilegales en la nación estadounidense, quienes eran al menos 4 millones 800 mil migrantes.
México se colocó como territorio de paso para diversos fl ujos migratorios que utilizan nuestro país para entrar de manera irregular a Estados Unidos. Actualmente, no hay estadísticas exactas sobre el número de migrantes irregulares que entran en México o que cruzan a Estados Unidos y un muro, no detendrá la lucha por un objetivo de vida.