DESPIDEN A SACERDOTE QUE FUE AGREDIDO EN LA CDMX
Madre desconocía que cura apuñalado era José Miguel Machorro
Las puertas del Santuario del Señor de Coculco se abrieron minutos antes de las 10:00 horas, para esperar el ataúd con los restos mortales del sacerdote José Miguel Machorro Alcalá, quien estaría por última vez en este recinto religioso que visitaba con frecuencia cuando llegaba a su tierra natal.
Las coronas y los arreglos florales formaron una valla en el atrio de este Santuario, que congregó a familiares y amigos tanto del sacerdote como de la familia que se solidarizaron en este momento, porque cuando creían que el prelado había superado la crisis de salud que tuvo cuando fue herido el pasado 15 de mayo en la catedral metropolitana, vino la recaída la cual no supero.
De acuerdo a los familiares, durante el tiempo que estuvo en casa de su mamá recuperándose, él fue quien les platicó del atentado que había sufrido, hecho del que sus hermanos guardaron cualquier comentario porque la madre del sacerdote es de edad avanzada,
El obispo de la diócesis, Rodrigo Aguilar Martínez, ofició la misa, junto a dos sacerdotes más
de 89 años de edad, y no quería preocuparla.
Fue José Miguel quien le dijo, “usted se enteró de que un sacerdote fue herido en la catedral de México, pues ese fui yo”, su mamá le respondió que se enteró de la noticia pero nunca imagino que se tratara de su hijo.
Cuando vino el desenlace tuvieron que decirle y ella se cuestionó por qué tenía que ver el sepelio de su hijo,- el segundo, porque el primero fue Alfonso- porque tenía que estar presente, cuando se supone que son los hijos quienes ven morir a sus padres.
Con ese dolor que como madre tiene, acompañada por sus demás hijos estuvo en la celebración eucarística, y cuando el cortejo fúnebre salió para dirigirse al panteón municipal, que está a un costado del Santuario. Doña Ángela Alcalá Ramírez, esperó en el atrio, desde ahí vio pasar el féretro donde iba su hijo, ahí permaneció hasta finalizar el sepelio.
El obispo de la diócesis, Rodrigo Aguilar Martínez, quien ofició la misa de cuerpo presente junto con dos sacerdotes más, recordó que era la cuarta de exequias que celebraba en Ajalpan por el deceso de un prelado, dijo que Ajalpan es un lugar donde hay vocaciones sacerdotales.
Indicó que espera que con el deceso del padre José Miguel, se tengan nuevas vocaciones, hizo un llamado a los niños y jóvenes por si les gustaría ser sacerdotes, “pido a los padres de familia acompañar a sus hijos para que se interesen por el ministerio sacerdotal, porque hacen mucha falta sacerdotes sanos, santos, sabios, la población crece geométricamente y los sacerdotes crecen aritméticamente”.
Por su parte el Vicario del Santuario del Señor de Coculco Wilfrido Ayala, lamentó la agresión que sufrió el clérigo José Miguel Machorro Alcalá, e indicó que la presencia del sacerdote en la comunidad es importante, necesaria, como predicador del mensaje de salvación, como testigo de la resurrección de Cristo, “él tiene que llevar a todos los hermanos a través de la evangelización, de los sacramentos, de su propio testimonio, por eso siempre la pérdida de un pastor en la iglesia es triste, lamentable, porque es una persona que da vida, alienta, que lleva la luz, el consuelo”.
Se pierde un pastor más que trabajaba en la iglesia para extender el reino de Dios. Ante este tipo de sucesos, añadió, todos debemos reflexionar, precisamente porque los derechos fundamentales de todas las personas, son el respeto a la vida, a la libertad, el amor, la solidaridad.
El llamado es que la sociedad, autoridades, promotores sociales que tienen injerencia en la cultura, economía, política, todos unidos como una comunidad, luchen para que este ambiente y cultura de muerte, se convierta en una cultura de vida, respeto, igualdad, justicia y de paz en la sociedad.