A México le sobra sol
L os nuevos descubrimientos petroleros no deberían opacar al Sol. A pesar de que los hidrocarburos son lo más visible de la reforma energética, cometeríamos un gran error si soslayamos las fuentes renovables.
¿Y por qué el Sol? Porque muchos expertos coinciden en que es nuestra mayor fuente de poder: inagotable y gratuita. “México tiene muchísimo sol, así como extensiones de tierra cercanas a los tendidos eléctricos que son idóneas para la construcción de enormes proyectos”, dice Nikolaj Lippman, analista de Morgan Stanley.
Más allá de la ‘radiación solar’, dice Lippman, hay muchos factores de negocio que empujan al sector, como el precio de la tierra y la mano de obra, así como el hecho de que aquí no hay restricciones comerciales con China, el mayor proveedor de equipo y tecnología solar. Eso permite importar paneles a precios entre 20 y 30 por ciento más bajos que en otros mercados.
En Morgan Stanley creen que en términos de renovables México se está convirtiendo en un líder regional y, si los “inversionistas ponen atención, se podrán trepar a la ola solar”. En parte esto ya es tangible. El gobierno ha subastado varios proyectos, pero no se ve ahí ni la punta del iceberg. Lippman calcula que los proyectos solares montados abarcan solo 2 por ciento de las tierras asignadas a ello. Con todo, ya muchos huertos en Coahuila, Durango, Chihuahua o Baja California son de los mayores en América.
Hoy la energía solar solo representa 19 por ciento de la capacidad de energías renovables, contra 81 por ciento de la eólica. Pero esos 380 megawatts actuales superan con mucho los de Brasil (237 mw y el #2 en la región).
El mercado, dice Asolmex (Asociación Mexicana de la Energía Solar), va a crecer 10 veces a 2020, llegando a 4 gigawatts, con inversiones de más de 5 mil mdd.
Con todo esto, la mesa está puesta para que diversos jugadores industriales le saquen jugo a la energía solar, beneficios para empresas de metales y mineras, que podrían abatir sus costos energéticos hasta en 30 por ciento.
Pero estamos en el momento también de poner un tema a debate: la competencia de energía y alimentos. Las huertas solares no permiten usar ese espacio para sembrar y además la tierra que actualmente es productiva está ni más ni menos que en lugares soleados.
En Bangalore conocí a un inventor serial, Rajah V. Kumar, que desarrolló paneles multifunción, donde la parte superior captura radiación para convertirla en energía solar y hacia abajo deja pasar y amplifica las longitudes de onda necesarias para el crecimiento de las plantas, ya que los vegetales no requieren todo el espectro de luz visible.
¿Llegó la hora de que las secretarías hagan trabajo conjunto y que Pedro Joaquín Coldwell, de la Sener, diseñe un mapa donde también aporte lo suyo José Calzada, de la Sagarpa?