Milenio Puebla

Un PRI sin corrupción

- CARLOS PUIG Twitter: @puigcarlos

Debe haber caído como un balde de agua helada que después de la fiesta de la unidad y el relanzamie­nto del PRI tras su triunfo en el Estado de México y (tal vez) en Coahuila, la nota se volviera el asunto Lozoya-Odebrecht. O no.

Un vocero que nunca dice nada tuvo que salir a decir cosas y se pusieron a borrar fotos.

Pero algo ya no sonaba bien cuando al referirse a los Duarte y a Borge, más los que se acumulen en los próximos meses, el orgullo del presidente Peña Nieto y el líder Ochoa, en sus discursos en el Palacio de los Deportes, era que estaban en la cárcel, como si nunca hubieran sido suyos.

Y cuando digo “referirse” es porque lo interpreto, no pueden pronunciar sus nombres.

Algo igual de raro sucede con el asunto Odebrecht, como ha ocurrido tantas veces en este sexenio con asunto similares. Algo se les atora. Con algo no pueden.

El asunto lleva meses y meses en la prensa nacional e internacio­nal, y el asunto mexicano también. ¿En serio creyeron que nunca pasaría nada más?

El ex director de Asuntos Internacio­nales, ex director de Pemex, es acusado por un empresario brasileño de haber negociado transferen­cias millonaria­s de Odebrecht a cuentas en paraísos fiscales y el vocero sale a defender… a su jefe. De Emilio Lozoya “no puede” hacer comentario­s. La PGR manda un comunicado quejándose de los brasileños, pero nadie habla, nadie explica y hasta que Lozoya ruega, ahora sí lo llaman para preguntarl­e un par de cosas. No fuera Rafa Márquez que venga corriendo de manera “voluntaria”.

Me queda claro que no pueden lidiar con el asunto.

Tal vez en el fondo, como alguna vez lo dijo el Presidente, sí creen que esto es “cultural”, que es una condición irremediab­le que por lo tanto no tiene mucho caso nombrarla. Pienso esto viendo hacia el próximo año. La corrupción será uno de los temas clave en la campaña de 2018. ¿Qué va a decir el candidato priista? Más allá de que el Presidente elija a una persona que no se haya visto personalme­nte involucrad­a con algunos de los escándalos del sexenio, ¿qué podrá decir? ¿Será que el PRI ya ha descontado esa pérdida? Por las reacciones de dos escándalos recientes, socavón y Odebrecth, asuntos que tocan al círculo más cercano del Presidente, eso parece.

Segurament­e tendremos un candidato del PRI que no hablará de corrupción.

Hablemos de otra cosa, porque de eso tenemos poco que decir. Es cultural. Ni modo.

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