Milenio Puebla

UN MANO A MANO ENTRE LA BASURA Y EL POLEN

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Un combo de bandas de diferente época y género disputándo­se el escenario, una dupla de divas cual madre e hija profesándo­se admiración ycariño.Blon di eyGarba ge irrumpiero­n con suRa ge andRap tu re Tour la noche del lunes 14 de agosto. La ira y el éxtasis tuvieron permiso

En estos tiempos en que la basura de la Ciudad de México ya se separa en orgánica, inorgánica y demás, hay otra que se sigue cociendo aparte… pero no vino sola: esta vez, a pesar de que su vocalista Shirley Manson decía sentirse emocionada y “con unas pinches ganas de llorar” cada vez que visita México (pero no ha aprendido nada de español todavía), todos sus elogios se dirigieron a su mentora, Deborah Harry, de quien se confiesa admiradora desde mediados de los ochenta. “Seguro muchos de ustedes ni habían nacido en ese entonces”, mencionó irónicamen­te a su joven audiencia (y no le faltaban razones). New wave, punk y rock alternativ­o a la carta.

Ni Blondie ni Garbage son las bandas de moda entre los millennial­s, ni

Pollina toroStran ge LittleBird­s( sus últimos álbumes) son obras maestras para ellos, pero se han ido convirtien­do en piezas de “retromanía” y “nostalgia”. Aun así, Garbage no pierde su ímpetu y salió a escena a las 8:45 de la noche tras tomar lugares en el Palacio de los Deportes. Antes de ello, la empleada número 132, encargada de llevarnos a las butacas, exigió propina de manera chantajist­a alegando que la empresa de espectácul­os en la que trabaja “no le da sueldo y que vive de las gratificac­iones”. Al entregarle una mínima cantidad, se alejó inconforme.

Una vez pasado ese trago amargo, sobresalió la figura de Manson, a quien los años le sientan bien pese a encontrars­e ya en el “quinto piso” y habiendo prescindid­o de la maternidad para ser feliz. Feminista y progay se sigue proclamand­o como hace 20 años atrás. Con “No Horses” abrió la velada, pero no fue hasta que llegó “#1 Crush” (tema de la película RomeoyJuli­eta) que los ánimos comenzaron a calentarse. Shirley es muy dada a hablar y hablar y contar anécdotas durante sus conciertos, como lo atestiguó quien escribe estas líneas, celebrando su vigésimo aniversari­o en el Academy Brixton de Londres: “Somos mujeres y yo no sería lo que soy sin Debbie. Ella es una persona muy dulce y profesiona­l”. Su pleitesía era evidente en este juego de reina-princesa que ha quedado plasmada en una entrevista mutua y divertida para la revista En te r ta in mentWeekly, en la que Harry revela algunas de sus fobias, como el tamaño del Hyde Park de Londres.

Dejando a un lado su orgullo femenino, sonaron “Vow”, “Stupid Girl”, “Pushit”, “Cherry Lips”, “I Think I’m paranoid” y “Cup of Coffee”. En medio de luces de celular entre el público, presentaro­n una sorpresa con “The World Is Not Enough: “Nos llamaron un día para preguntarn­os si queríamos tocar el tema de una película de James Bond y dijimos: Fuckyeah!” Una más al anecdotari­o. Y no podía faltar “Only Happy When It Rains”, ese tema tan oscuro y alusivo al bullying para rematar su participac­ión y despedirse con su sugestivo vestido rojo con medias de red y tacones. “¡Shirley: yo sí te pongo tu miscelánea!”, gritó un vecino de butaca.

¿Pero a quién le pertenecía realmente esa noche? Tras un intermedio y una lluvia de especulaci­ones, surgió otro escenario con unas coloridas pantallas opacando la austeridad del grupo anterior. Se trataba de Debbie Harry y sus secuaces. Ataviada con disfraz y máscara de abeja, arrancó un grito eufórico con “One Way Or Another” entre esos abejorros que “no habían nacido ni a mitad de los ochenta” y que no vivieron tampoco el auge del punk de Nueva York ni de su capilla CBGB, donde Blondie solía celebrar sus ceremonias musicales. Es así como “La abeja reina” reclamó su trono.

“Solo venimos un día a México, quisiéramo­s quedarnos más tiempo, pero no podemos”, se lamentó, pero al ser su única noche convertirí­a en súbditos a esa colmena reunida. De

Pollinator sonó “Gravityy Too Much” como su nueva carta de presentaci­ón para esparcir su polen. Y a sus más de 70 años, Harry sigue luciendo briosa como en sus mejores épocas y facetas de actriz en películas delirantes como

Videodrome o Hairspray. Aunque por momentos su voz no sonaba lo suficiente­mente fuerte, su actitud le permitía seguir interpreta­ndo “María”, “Rapture”, “Call Me”, “Atomic” y “Heart of Glass” para pasar a un encore y cerrar con un curioso cover de “My Heart Will Go On” y las clásicas “The Tide Is High” y “Dreaming”.

El vecino “de la miscelánea” lucía muy tímido al tratar de cantar los temas de Garbage, pero no escatimó sus movimiento­s al bailar al ritmo de Blondie, enfundado con su camisa

godínez la noche de ese lunes previo a la quincena. Quedaba claro que su “corazón de cristal” le pertenecía a la señora Harry, como el de la gran mayoría del público, hasta que la abeja voló casi a la medianoche en busca de otras flores para polinizar. M

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