Regresa más atractiva
La marca japonesa se diferencía por sus motores boxer.
Viajamos de la Ciudad de México a Valle de Bravo para poner a prueba las capacidades de este vehículo de Subaru, el cual ha evolucionado notablemente en todos sus aspectos. Su ficha técnica promete estar dentro de los mejores de su categoría. Desde luego, teníamos que comprobarlo en el asfalto.
Visualmente esta segunda generación volvió a nacer y ahora luce de líneas más musculosas, dinámicas y deportivas, con un frente afilado del que destacan sus luces alargadas que le otorgan una mirada directa y agresiva, así como una parrilla de panal que ostenta orgullosa el emblema de la marca de la constelación de las Pléyades.
Sus faros de niebla acentúan su espíritu aventurero, los cuales se hacen acompañar de unas entradas de aire que optimizan la refrigeración de su motor y frenos.
Las líneas de su cofre le dan un carácter muy emocional y denota la nueva genética que veremos en los siguientes lanzamientos de la marca japonesa, la cual siempre ha presumido de estar adelantada a su época en materia de diseño. Puro corazón Este modelo es impulsado por un motor Bóxer 2.0 litros que le entrega a tu pie derecho una potencia de 152 caballos de fuerza, con un empuje de 197 Nm, esta renovación incluye un sistema de inyección directa y un mayor grado de compresión, lo que se traduce en un mayor rendimiento de combustible.
Su transmisión en el modelo de entrada es manual de seis velocidades y para los dos restantes es automática (CVT), con modo manual de siete relaciones.
Hasta aquí todo lucía de maravilla, pero ya era momento de ponernos al volante y llevar al límite a este vehículo; entramos al habitáculo encendimos el motor y el insufrible tránsito capitalino nos dio la oportunidad de ver la calidad de los materiales en su interior, los cuales son agradables a la vista y al tacto, con insertos de aluminio que le dan un toque racing.
Su panel de instrumentos es ergonómico, con un sistema de comunicación e infoentretenimiento con una amplia gama de posibilidades para estar en contacto con el mundo, el cual incluye, desde luego, las plataformas para no dejar fuera de la jugada a los actuales smartphones. Acceder a sus comandos se facilitan en gran medida por su pantalla táctil y controles al volante.
El espacio es notable, así como el confort que ofrecen sus asientos, con lo que el bienestar en viajes largos está garantizado.
Durante el tramo en ciudad apreciamos el comportamiento de su suspensión, que da un suave andar al absorber todas las irregularidades que caracterizan a nuestro pésimo asfaltado.
El hermetismo del interior es sobresaliente, toda vez que deja fuera los ruidos y maximiza la calidad de su equipo de sonido
Subaru nos entrega un vehículo muy completo, es decir, con una mecánica eficiente, así como un equipamiento de reciente generación, con grandes capacidades dentro y fuera del asfalto, que lo pondrá de inmediato en la mira de quienes estén en busca de un vehículo con amplitud y versatilidad. Superó nuestras expectativas.