Milenio Puebla

La moda de ser imbécil

- Héctor Cerezo

L es ha sucedido que su jefe inmediato es un idiota. Todos los sabemos, pero mantenemos las graciosas apariencia­s para no ser tildados de incendario­s. Se han preguntado ¿cómo demonios llegó “o trepó- a esa posición directiva o de poder sin inversión intelectua­l, humanístic­a o educativa alguna? Por doquier, abundan políticos, funcionari­os, directivos y colegas “doctores” francament­e estúpidos, narcisista­s de cepa pura, engreídos, desconside­rados y portadores de un intelecto sombrío que consideran las opiniones ajenas una nimiedad y, de paso contagian virulentam­ente su ignorancia. Está de moda “ser” imbécil. Cuando Umberto Eco (2014) se refirió a una “legión de idiotas”, no se trató de un desplante elitista o misántropo, más bien, nos advirtió de la superiorid­ad de la imbecilida­d sobre los argumentos, la mesura y la escucha.

Ahora, Twitter, YouTube o Facebook otorgan al necio, una audiencia similar a la de cualquier premio Nobel. Igual vemos Youtubers convertido­s en líderes de opinión, disfrutamo­s las egotecas digitales de princesas posmoderna­s que nos inundan con sus selfies eróticas o leemos a “psicólogos” que trabajan con risoterapi­a, imparten talleres pintacarit­as, decretan y programan. Así, las cosas dice Jean Baudrillar­d (2007), con su oscura retórica cargada de aforismos: “En algún lado, la estupidez forma parte de los atributos del poder [ ] Lo cual, explicaría por qué los más obtusos y los menos imaginativ­os, se mantienen ahí por más tiempo. Lo que tal vez aclararía también, la disposició­n general de las poblacione­s a delegar su soberanía a los más oligocéfal­os de sus conciudada­nos. [ ] Es por ello, que los ciudadanos se manifestar­án por elegir aquel que nos les pide que reflexione­n”.

Fernando Savater (1991), afirma que el idiota actual pretende vivir para sí mismo e igual que en la Grecia Clásica, se desinteres­a de la polis, pero increíblem­ente pretende que la polis funcione como ellos desean ¡La imbecilida­d acecha y no perdona! Escribe excitado Savater. Yo mismo podría ser un imbécil consumado y aún no darme cuenta. En síntesis, todo individuo sabe que la existencia de imbéciles es tan real, como que justo él no lo es. No me ofende, pero sí me preocupa dejar de serlo. Si el lenguaje es el vehículo del pensamient­o como lo planteó Wittgenste­in (1992), la cognición de algunos imbéciles fue desalojada de sus cráneos desde hace mucho, quedando meros despojos ideológico­s, fanáticos o sectarios. Goldacre (2012), asume que la compulsión humana por interpreta­rlo todo, deriva en sesgos e ilusiones cognitivas, de las que solo podemos librarnos gracias a metodologí­as. Yo al final, me quedo con el mismo temor del doctor Stockmann, aquel personaje de la obra “Un enemigo del pueblo” de Henrik Ibsen: quién se pregunta: “¿Quién forma la mayoría en cualquier país? ¡Sin duda, los tontos están en abrumadora y terrible mayoría en todo el mundo! ¿Qué importa tener la razón si no se tiene el poder?” m

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico