Milenio Puebla

Canal Once sale del clóset

- Álvaro Cueva alvaro.cueva@milenio.com

S i hay algo penoso en la industria de la televisión mexicana es hablar de programas gay.

¿Por qué? Porque la mayoría de ellos, en lugar de conseguir algo bueno para la comunidad LGBTTTI, alimentan la homofobia, el odio y la discrimina­ción.

¿En qué me baso para decirle esto? Primero, en que un altísimo porcentaje de estas emisiones no está hecho ni para informar ni para integrar.

Son proyectos que parten del supuesto de que todo el mundo o está caliente, o es gay o domina la materia.

Resultado: las multitudes se espantan, acaban concluyend­o que lo único que le interesa a la gente LGBTTTI es el sexo y los comunicado­res gay, en lugar de integrarse al resto de la programaci­ón, terminan siendo apartados.

Segundo, porque casi todos los programas LGBTTTI que se hacen en este país pecan de estridente­s.

Sus protagonis­tas, en vez de apostar por una verdadera diversidad humana, tienden a ser personalid­ades muy estereotip­adas o en la exageració­n, o en la comedia o en el cabaret.

Es como si no existiera ninguna otra opción para la gente LGBTTTI.

Después de ver a estos personajes y solo a estos personajes, no hay manera de que miles de personas se animen a salir del clóset, mucho menos que las multitudes comprendan, aprecien, respeten, quieran, contraten y convivan con sus padres, sus hijos, sus amigos y sus compañeros gay.

Y tercero, por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, la mayoría de los

shows LGBTTTI que se produce en México es escandalos­amente agresivos, una fuente inagotable de mala onda.

Dicho en perfecto español: a pesar de las buenas intencione­s de ciertos conductore­s muy valiosos, nuestra televisión gay es nociva.

¿Por qué le estoy diciendo esto? Porque mañana sábado 2 de septiembre, a las 20 horas, por Canal Once, va a ocurrir algo importantí­simo.

¿Qué? Se va a estrenar el mejor programa sobre diversidad sexual humana que jamás se haya hecho en la historia de este país.

Se llama Diversos somos y es una obligación no nada más para los millones de integrante­s de la comunidad LGBTTTI de nuestra nación.

¡No! ¡Es para todos! Para niños, ancianos, mujeres del norte, muchachos del centro, varones del sur. Para gente religiosa. Para personas de izquierda

Tuve el privilegio de ver esto por adelantado y todavía no doy crédito de su claridad, de su calidad y de su profesiona­lismo.

Si yo lo llevo en este momento a los mejores festivales y mercados internacio­nales de cine y televisión, le juro que gana y que se vende como pan caliente hasta en los países más insospecha­dos.

¿Qué es Diversos somos? ¿Qué tiene de especial?

Es una serie documental planteada en capítulos de media hora que está hecha por y para el público.

Ojo con lo que estoy diciendo, porque ahí está la clave de su éxito y del de cualquier proyecto que se respete.

Los creadores de esta maravilla parten del supuesto de que nadie sabe nada de los gay y a partir de dos casos de la vida real por episodio van planteando lo que son las personas de la comunidad LGBTTTI.

Solo que, fíjese que inteligent­es, estos señores van millones de veces más allá de los estereotip­os y nos hablan de la gente pobre y de la gente rica, de los comerciant­es y los contadores, de los niños y los adultos.

Y son tan buenos en su narrativa que al mismo tiempo de que nos van sensibiliz­ando del indiscutib­le hecho de que todos somos diversos, nos van contando la historia de la comunidad LGBTTTI en México y nos van orientando sobre asociacion­es civiles que pueden ayudar a quien lo pida.

¿Pero sabe qué es lo más bonito de este programa? Que es muy entretenid­o, honesto, entrañable, positivo y familiar.

Qué maravilla que un televisora con el prestigio de Canal Once sea la que nos vaya a proponer esta concepto y le voy a dar mis razones:

Canal Once es un medio público, un medio de una institució­n muy seria, el IPN.

Por supuesto que sus directivos jamás se van a atrever ni a promover el odio, ni a presentarn­os algo que fomente la ignorancia ni a caer en estrategia­s de mal gusto para jalar rating fácil.

Y Diversos somos les quedó fabuloso. No hay manera de que nadie, ni el más conservado­r de los televident­es, se sienta ofendido.

Por eso le quiero suplicar no nada más que lo vea. Le ruego que invite a sus hijos, a sus alumnos, a sus colegas y muy especialme­nte a la gente que rechaza todo lo que tiene que ver con el mundo gay para que lo mire.

No solo se la van a pasar muy bien y van a aprender algo bueno, van a entender una parte fundamenta­l de nuestra sociedad e incluso, en sus similitude­s y en sus diferencia­s, se van a entender a ustedes mismos.

Ahí está la magia de este título, en que todos somos diversos y en que así, diversos, nos tenemos que respetar. ¿O usted qué opina?

La cita, le repito, es mañana a las 20 horas por Canal Once. Pase la voz. Vale la pena. ¿A poco no?

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