Presenta Robin Ann Rice conferencia en Lafragua
La especialista hablará sobre la mujer de origen asiático, al parecer musulmana o de la India, comprada como esclava
La vida cotidiana de esas mujeres “místicas, se puede decir”, de vidas espirituales muy exuberantes, entre los siglos XVI, VXII y XVIII en Puebla, son muy extrañas desde la perspectiva del siglo XXI; sus vidas hoy llamadas hagiografías, eran escritas por sus confesores, por hombres, por lo que al leerlas escuchamos al padre, no exactamente a ellas, afirmó en entrevista Robin Ann Rice, quien mañana viernes, a las 17:00 horas, ofrecerá la conferencia “La china poblana” en la Biblioteca Histórica José María Lafragua de la UAP, donde la entrada será gratis, como parte del segundo festival “La china de Puebla”.
Cabe recordar que el 10 de diciembre del año 2012, el gobierno de la ciudad de Puebla, en sesión de Cabildo instituyó el 9 de septiembre como el Día Municipal de la China Poblana; al año siguiente se celebró un festival y mañana la especialista Robin Ann Rice, adelantó, hablará sobre una mujer de origen asiático, al parecer musulmana o de la India, comprada como esclava por el poblano Mariano Sosa, Catarina de San Juan, a quien se llama comúnmente “la china poblana” para distinguirlo de la mujer popular del siglo XIX en México, llamado “china”.
Explicó que el tiempo de Catarina de San Juan lo conoce bien: “Una cosa que destaca en su época es que las mujeres de conventos pasaron casi toda su vida religiosa cantando, rezando cada tres horas, y a veces los cantos y las oraciones duraban dos horas, entonces, apenitas daba tiempo para dejar de rezar y empezar a cantar. Encontré que el coro del convento o de la iglesia, no era sólo el sitio destinado al canto de las monjas, sino también un sitio de reunión, donde platicaban”.
Robin Ann Rice recordó que ha estudiado también las “vidas o hagiografías” de las religiosas en los siglos XVI, XVII y XVII, no sólo de Catarina, entre ellas Isabel de la Encarnación, carmelita descalza, una de las primeras que, de España, y después de Veracruz llegó a Puebla, y estableció la primera orden femenina en tener un permiso para establecerse en lo que hoy es México como carmelitas. “Uno de sus tres o cuatro hagiógrafos, fue el capellán del convento de Santa Teresa de Jesús, Pedro Salmerón, quien publicó la vida de la religiosa en 1675” concluyó.