Sismo: generación de la prevención y la solidaridad
Las plazas públicas, jardines, centros comerciales e inmuebles se convirtieron en centros de acopio hasta donde llegaron vehículos particulares y personas a pie con diferentes víveres para los damnificados.
La solidaridad se desbordó y destaca por su relevancia la participación de jóvenes, hombres y mujeres, que acudieron con ayuda de diferente tipo que fue recibida, también, por otros jóvenes que formaban cadenas humanas para seleccionar los productos.
El zócalo fue el principal punto de acopio, en el Centro Histórico, mujeres participaban con cartulinas que contaban con leyendas para orientar las rutas de entrega de ayuda.
De los distintos puntos cardinales al zócalo de la cuadrícula de la ciudad capital, arribó la ayuda. Familias completas acudían a pie y en sus vehículos, con diversos productos que eran seleccionados por los voluntarios.
Una nueva generación, la de los sismos de junio de 1999 y de los del 7 y 19 de septiembre de 2017 emerge de la sociedad poblana que se volcó en las calles y plazas públicas de la angelópolis y en los municipios del estado, principalmente, del valle de Atlixco y la región mixteca.
En una ambiente de solidaridad, la tragedia reunió a “Millennials”, a los de la “Generación X”y a los “Baby Boomers”.
La sociedad civil convivió y se coordinó con los gobiernos, en un ambiente de respeto y unidad, para salvaguardar la integridad de la población, así como evaluar los daños de zonas como el Centro Histórico de Puebla.
No había otra actividad en los municipios del estado que no fuera la atención a los damnificados, la apertura de albergues, el auxilio a cientos de familias que perdieron sus viviendas, o resultaron con daños graves.
En poblaciones como Metepec, una de muchas personas afectadas me mostraba, minutos después del sismo, los daños estructurales de su casa de dos niveles que quedó inservible.
El propietario de esta vivienda, de unos 65 años de edad, lloraba desconsolado mostrando la destrucción de su casa que había edificado con su trabajo como migrante en Estados Unidos, y había regresado a Metepc para disfrutar de su patrimonio, pero el sismo le derrumbó esa ilusión.
De acuerdo al dato oficial preliminar del gobierno del estado, 9 mil 772 viviendas resultaron afectadas, lo que equivale al mismo número de familias poblanas, a las que se suman diversos edificios de negocios, públicos y templos en varios municipios.