Información certera, más importante que nunca
i nos preguntan por qué es tan grave lo que conocemos como la era del fakenews estos trágicos y desgarradores días lo dejan más claro que nunca. La gente suele ser bien intencionada cuando comparte cosas en las redes sociales, sobre todo cuando se trata de un evento de la magnitud de los sismos que nos han devastado en tantos lugares de México los últimos días. Pero hoy más que nunca lo único que importa es actuar con certeza, con claridad y con la información correcta.
En la misma cadena que llegó a mi celular al menos cinco veces por parte de tantas personas aparecía la foto de un niño desaparecido en la tragedia del colegio Rébsamen. Bastante real y cruenta es la labor de los rescatistas como para que tengan que estar distinguiendo la realidad de quienes están tratando de salvar de la foto de un pobre niño desaparecido en Argentina hace meses.
Es de lo más común propagar rumores con buenas intenciones, pero los efectos son tremendos cuando vivimos una situación de caos como esta. Sobre todo cuando la gente tiene que tener la información correcta para saber cómo ayudar de verdad y no correr más riesgos de lo necesario.
Y luego están los cobardes, depredadores de emociones y gente sin qué hacer que publican mentiras bien producidas después de cada evento que sacude a la ciudadanía. Aquellos que sacan comunicados falsos de Protección Civil asegurando que en cualquier momento vendrá una réplica todavía peor que la original. Que ya está confirmado.
Desde la primaria nos enseñaron que los sismos no se pueden predecir, pero en estos tiempos virales y de pánico real esa noticia (nuevamente) fue compartida y compartida sin freno, saturando las redes que deberían haber estado llenas de información como “¿Dónde están los centros de acopio?”, “Dónde no acercarse”, “Qué tipo de voluntarios y profesionales se requerían y dónde” y, sobre todo, cómo mantenernos a salvo.
Se perdió tanto tiempo explicando,
gente que no existía que el daño es inequívoco. Y si bien este es un caso extremo, está muy bien recordarlo la primera vez que quieran darte RT o subir a Facebook o incluso comentar esta información a quien está ayudando, o incluso, tratando de discernir de un mar de información falsa para darle la correcta a la ciudadanía.
No, no es fakenews estilo Trump. Nadie (más que el que genera mentiras) quiere joder. La mayoría quiere ayudar. Busquen fuentes serias, reporteros en los que confíen, medios en los que crean y entonces sí. A compartir.
Esa es una tremenda lección de estos días, pero no puedo, no quiero cerrar esta columna sin comentar que me ha movido hasta las lágrimas nuestra ciudadanía, los infatigables y brillantes rescatistas, el Ejército a quien le aplaudieron cuando llegó y todos esos miles y miles de voluntarios que se aseguraron que nadie se quedara sin un sorbo de agua, un sándwich o cualquier tipo de apoyo en estos días tan dolorosos. Y lo que falta. Pero, y no podría importarme menos si suena como discurso de 1985 porque lo volví a vivir intensamente en las calles, ven como México, en su gran mayoría sí es bueno?