Milenio Puebla

La ultraderec­ha se apropia de la Cámara de Diputados

- ESTEBAN ILLADES Twitter: @ esteban_ is Facebook: / illadesest­eban

El viernes pasado se mencionaba aquí que la actual legislatur­a va camino a ser de las peores en tiempos recientes: durante septiembre se dedicó a pelear por asuntos mediáticos —quién dona más dinero tras el sismo— e ignoró temas trascenden­tales como el Sistema Nacional Anticorrup­ción.

En medio del caos, y sin publicidad alguna, la Cámara de Diputados ha comenzado a moverse. Este martes aprobó una iniciativa del Partido Encuentro Social (PES), de reciente creación y gran cercanía con el movimiento evangélico. Lo hizo con 313 votos a favor (PRI, PAN, Verde, PES y parte de Movimiento Ciudadano).

¿Qué plantea la iniciativa? Modificar la Ley General de Salud (aquí puede consultars­e la iniciativa íntegra, que debe pasar todavía por Senado: http://gaceta.diputados.gob. mx/PDF/63/2017/oct/20171010-III.pdf).

Dirá uno que qué bueno, que finalmente trabaja. Y sí, salvo el detalle de que la reforma, de aprobarse también en la otra Cámara, tendrá serias consecuenc­ias para todo el Sistema Nacional de Salud (SNS).

¿De qué tipo? La creación de un nuevo artículo, el 10 bis, daría permiso a doctores, enfermeras, técnicos y a todo miembro del SNS de no realizar tratamient­os a pacientes en caso de tener una objeción de conciencia sobre el tratamient­o mismo.

Entre estos “tratamient­os” está el obvio objetivo de la iniciativa del PES: el aborto. Si un médico está en contra de realizarlo, según lo propuesto, podrá negarse a hacerlo. Pondrá su sistema personal de creencias sobre el derecho a la salud de otra persona.

Esto es peligroso por dos motivos. El primero es que las creencias personales están entrando a un campo tan delicado como el de la salud. La medicina y la ciencia se supeditan a valores personales, lo que sea que esto signifique. Y el segundo, una bola de nieve que podrá surgir a raíz de esta reforma, es el argumento de la creencia personal en cualquier situación. Para negarse a servir a parejas homosexual­es en restaurant­es, por ejemplo.

Grave lo que sucedió el martes en la Cámara de Diputados.

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