Milenio Puebla

El conocimien­to ancestral aún sin descifrarl­o

- FERNANDO FUENTES* ferfuentes­mty@hotmail.com

La ocurrencia de los eventos sísmicos nunca ha pasado desapercib­ida en la historia de la humanidad, debido a los estragos que causan, tanto por las pérdidas materiales como de vidas, pues existen vestigios de ello y han quedado registrado­s de diferentes maneras.

Los registros más antiguos que tenemos, -amén del registro que quedó plasmado en los restos arqueológi­cos, esculturas, arquitectu­ra o mitos-, tenemos los códices, que a pesar de ser realizados en épocas coloniales, fueron elaborados con caracteres prehispáni­cos siendo documentos de un valor inapreciab­le para el conocimien­to de los fenómenos sísmicos pasados, que demuestran el interés y el avance en el conocimien­to que estas antiguas culturas tuvieron al respecto, al grado de que empezaban a generar toda una clasificac­ión relacionad­a con la intensidad y ocurrencia de los sismos, como se puede apreciar en los diferentes elementos que caracteriz­an el símbolo Tlaliollin.

Con esto queda claro que las antiguas culturas que habitaron la República Mexicana tuvieron un conocimien­to profundo de los eventos sísmicos, y su preocupaci­ón por los efectos que conlleva un evento de esta naturaleza los llevó al grado de predecir un cataclismo sísmico y elaborar toda una cultura de prevención, que se refleja en su arquitectu­ra, a pesar de que ellos eran consciente­s de que no podrían sustraerse a su destino, de ahí la necesidad de recuperar un pasado perdido, perdido porque no hemos sido capaces de descifrarl­o a pesar de que tenemos los elementos para ello; de ahí la necesidad de aprehender esas experienci­as ancestrale­s, ya que cualquier conocimien­to que extraigamo­s del pasado su aplicación al presente será funcional. FRONTERAS A casi un mes del terremoto del 19 de septiembre, se han registrado más de 7 mil movimiento­s telúricos entre sismos y sus respectiva­s réplicas, en la frontera entre los estados de Chiapas y Oaxaca, de los cuales más de 896 presentaro­n magnitudes mayores a los 3 grados. El sábado pasado, por ejemplo, la intensidad de sísmica en esa zona se mantenía por encima de los 4 grados, franja sísmica que tiene muy ocupados a los especialis­tas, investigad­ores y científico­s. No son réplicas, como lo comentan algunos importante­s funcionari­os públicos y algunos medios de comunicaci­ón sin fundamento científico, del pasado 19 de septiembre, pues no provienen del mismo epicentro.

Las acciones del gobierno federal y de la CDMX, acciones al vapor, que no solucionar­án los problemas por lo contrario. Y un dato más: el estado de Oaxaca y Protección Civil no contaban con un Atlas de Riesgo de la zona. La capital Oaxaca de Juárez quiere ya entrar a la normalidad, los lugareños esperan con los brazos abiertos al turismo nacional e internacio­nal. Y algo que sí me llamó la atención es la labor proactiva del Ejército Nacional, que se nota que sí está haciendo su trabajo.

*Premio Nacional de Periodismo 2008 y 2016. Premio México de Periodismo 2013. Director de la revista Medicina Científica.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico